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Sierra de Bahoruco, belleza y agonía de un parque nacional

¿Qué tiene de especial esta área protegida y por qué es tan apremiante su conservación? ¿Cuál acción humana amenaza sus reservas de agua y su rica biodiversidad?

Creado hace 35 años, es el área protegida terrestre más grande de República Dominicana. Sus 1,100 kilómetros cuadrados se reparten entre las provincias Pedernales (57%), Independencia (36%) y Barahona (7%) y debido a su formación geomorfológica es una de las regiones más diversa del Caribe en cuanto a paisajes y endemismo.  

Sus singulares características, sin embargo, no paran la agonía progresiva del Parque Nacional Sierra de Bahoruco (PNSB) ante acciones humanas que amenazan sus depósitos de agua y biodiversidad.

De las bondades -y amenazas- de esta reserva de la biosfera conversan hoy en el Encuentro Verde de LISTÍN DIARIO el ingeniero y geógrafo José Ramón Martínez Batlle, profesor investigador de la escuela de Ciencias Geográficas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), y la bióloga e investigadora Yolanda León, presidenta del Grupo Jaragua y encargada del Laboratorio de Geomática del Área de Ciencias Básicas y Ambientales del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec).

¿QUE LO HACE TAN ESPECIAL?

Para Martínez Batlle, “lo que hace especial al Parque Nacional Sierra de Bahoruco (PNSB) desde un punto geomorfológico es su evolución, y desde un punto de vista biológico es que no existe un lugar en el país donde haya una concentración de biodiversidad tan grande y con mayor nivel de endemismo”.

La sierra forma parte de un macizo transfronterizo que comienza en Haití (Massif de la Selle).  El punto más alto en territorio dominicano alcanza los 2,367 metros sobre el nivel del mar en la Loma del Toro y la cuenca del río Pedernales, el más importante del Bahoruco Occidental, abastece de agua a unas 30,000 personas a ambos lados de la frontera.

¿Por qué la evolución geológica de la Sierra de Bahoruco se diferencia un poco del resto de la isla?

Desmontada la teoría de que la isla estuvo alguna vez dividida en dos partes, pues todo el archipiélago proviene de un arco insular, el geógrafo asegura que lo que sí hubo fue una evolución muy compleja en la parte norte de la isla y una evolución aparentemente un poco diferenciada en el sur, de la que forman parte La Selle y Bahoruco.

“Estuvieron aparentemente erigidos desde hace mucho tiempo, probablemente hace más de 30 millones de años”, dice Martínez.  

El geógrafo describe el lugar como un bloque enorme de calizas arrecifales en su mayor parte y calizas de más profundidad (como las margosas) que le confieren una singular característica.

“Esas rocas tienen la particularidad, sobre todo las arrecifales, de que se disuelven con mucha facilidad y producen el fenómeno de la karstificación”. En Bahoruco, lo especial es que es un karst de montaña, diferente al de los Haitises.

“Parte de ese relieve emergido desde hace aproximadamente 30 millones de años, sometido a precipitaciones, tiene que karstificarse, pero se está levantando al mismo tiempo; no es como en Los Haitises, que se queda más o menos estable, o está levantado a 300 metros y a partir de ahí comienza a disolverse. Bahoruco se disuelve y al mismo tiempo se levanta. Y tiene tanto tiempo levantándose que ya alcanza esas alturas enormes”. 

La ventaja de ser un karst de montaña es que al disolverse y formarse el karst no hay correntía superficial y por eso es que los ríos en el Bahoruco Occidental apenas se pueden contar, explica. 

Por su origen kárstico, el agua infiltra pero permanece un tiempo en el suelo. Además, agrega que en los lugares donde hay tantos bosques nublados no necesariamente llueve de manera directa, sino que se alcanza el punto de rocío con mucha facilidad.

Debido a esta formación, a ese queso de roca por donde infiltra el agua, es que en el Sur no se ven esos ríos caudalosos que sí se ven en el Cibao y en la cordillera Central. 

Pero el agua está ahí, señala Yolanda León, presidenta del Grupo Jaragua.

“Y es un depósito a futuro que ya se está explotando en la zona baja. Pedernales está en un déficit hídrico todo el año y la vida es muy difícil. La ocupación de la población económicamente activa es de 17%; o sea, el desempleo en Pedernales como provincia es de los más altos del país porque no hay mucho que hacer”, enfatiza.

RICA BIODIVERSIDAD

El PNSB cuenta con boques húmedos, nublados, secos, pinares y también con bosque húmedo tradicional (como la selva ubicada en la cañada entre Los Arroyos y Las Mercedes). “En el mismo parque se ven todos esos ecosistemas en un espacio de escalonamiento relativamente corto, pues se atraviesa en unos 50 kilómetros de ancho y en esos kilómetros se puede pasar de cero a 2,400 kilómetros sobre el nivel del mar”, observa Martínez.

Asegura que esta singularidad solo se ha dado en Bahoruco y probablemente en la sierra de Neiba.  

“Los escalonamientos de tantos pisos bioclimáticos con vegetación asociada a cada uno de ellos es lo que hace que exista una diversidad tan grande, tanto de ambientes como de especies, en la Sierra de Bahoruco”.

Y esto la hace muy especial, dice Martínez Batlle. 

En la actualidad se han reportado 1,409 especies de plantas vasculares y unas 40 especies de animales para la Sierra de Bahoruco, con un endemismo cercano al 30 por ciento. Unas 1,000 de estas especies de plantas se encuentran en el parque nacional.

“En 1,100 kilómetros cuadrados, es muy difícil encontrar eso en el país”, apunta. 

ZONA PRODUCTORA DE AGUA

Yolanda León explica que, precisamente por su geomorfología, el PNSB forma parte de un área montañosa que capta gran cantidad de agua, tanto de lluvia como agua de nubes.

“Gracias a su altura puede captar agua de las nubes todo el año. Y esa es la seguridad del abastecimiento de agua de una región que es muy seca; es decir, fuera de las alturas de la sierra y de esos bosques de montañas, es una región extremadamente seca”. 
Sin esa sierra ahí, dice la bióloga, esas comunidades prácticamente no pudieran existir, porque no habría agua dulce. 

Sostiene que mientras en la vertiente norte de la sierra (toda la parte sur del lago Enriquillo) existe una gran riqueza de agua que se puede notar en sus cachones, en la hidroeléctrica sobre el río Las Damas, la humedad en el valle del Limón y sus impresionantes sistemas de riego, la vertiente sur carece de un presupuesto de agua. 

“El agua de la vertiente norte es de gran calidad porque está filtrada lentamente por el mejor filtro que hay, que es una capa de roca caliza inmensa. Ahora, la vertiente sur, que es por la que estamos más preocupados, tiene una cuenca superficial que es parte del río Pedernales y sus principales afluentes nacen en los bosques húmedos de montaña del PNSB”.


El río Mulito, afluente del Pedernales, es uno de los más importanes de la cuenca.

Estos bosques, afirma, es un área codiciada por los agricultores porque disponen de agua todo el año.

“Y agua de nubes. No tienen que gastar en sistema de riego o bombear agua porque las nubes le regalan la humedad todo el año. Y todos esos cultivos demandan mucha agua. Es una ventaja competitiva que tenemos ante otros productores, como los de aguacate hass en México, que tienen que instalar sistemas de riego costoso o pagar por servicio de agua… Eso es un regalo que la sierra da y para ser equitativos lo correcto sería que se beneficie el  mayor número de personas”. 

La población estimada para la cuenca del Pedernales, al noroeste de la provincia, es de alrededor de 30,000 personas a ambos lados de la frontera.

“Eso ha sido lo que ha impulsado el crecimiento de Pedernales demográficamente. Lo puedes ver en los dos últimos censos, porque la gente de la zona va ahí, porque es una comunidad que tiene agua, a diferencia de Oviedo y de otras comunidades de la misma provincia. Para la vertiente sur esa agua es sumamente importante precisamente porque hay muy pocas fuentes de agua y ya queda muy poco del bosque húmedo de montaña”, expresa León.   

La gente ha ido subiendo por el bosque húmedo y su impacto ya se está viendo, manifiesta. Recuerda, por ejemplo, que la sequía fuerte del 2015, asociada con el fenómeno El Niño, secó el río Mulito y la tendencia es que sigan repitiéndose.

“Y si a la vez queremos desarrollar allí el turismo como se ha planteado, con 10,000 o 15,000 habitaciones, ni remotamente la demanda estará cubierta. Si no hacemos que por lo menos se mantenga el agua y que aumente la captación de agua vía esos bosques de la sierra, no estamos en nada. En Pedernales nada más hay un río, y el Mulito es el único afluente de las tres microcuencas que hemos identificado del río Pedernales que le está aportando agua, porque hay dos que están mayormente del lado haitiano que están mucho más deforestadas. Es casi nuestra responsabilidad que ese río tenga agua. La toma del acueducto de Pedernales está ahí; el único sistema de riego que hay en la zona y los bomberos se abastecen de ahí”.

¿POR QUÉ SE HACE URGENTE PROTEGERLO?

La agricultura fue y sigue siendo la principal amenaza para los bosques productores de agua del Parque Nacional Sierra de Bahoruco (PNSB). En menor grado influyen también los fuegos forestales, la montería y la explotación ilegal de especies, consideran Ramón Martínez y Yolanda León.

¿Por qué la agricultura? 

“Algunas zonas del parque se cultivaron en el pasado y en años recientes, hace dos o tres años, cuando empezamos a denunciar con mucho trabajo la situación, iniciamos un proceso con el Ministerio de Medio Ambiente para recuperar el parque porque es abiertamente que está la agricultura. Si vas ahí no piensas que es un parque nacional, sino fincas privadas”, explica Yolanda. 

Hace unos seis meses lograron erradicar los cultivos de ciclo corto, los más dañinos, de acuerdo con la bióloga e investigadora, “porque se hace en suelo desnudo, en pendiente, lo que provoca erosión de suelo y después no puede haber ni bosques ni cultivo ni nada”.  Añade que es una pena que una vez alcanzado este logro volvieran las plantaciones.

“La agricultura ya se estaba asumiendo como un problema y se estaban dando pasos desde el mismo Ministerio de Medio Ambiente y es lo que nos molesta, que habíamos dado un paso de avance, un plan de recuperación. La primera parte, eliminar los cultivos de ciclo corto, ya se había logrado, y ahora estamos dando un revés que no es necesario”. 

Sobre las plantaciones de aguacate que también existen en el área protegida piensa que tomará más tiempo eliminarlas debido a que es un cultivo perenne.

De acuerdo con datos del Grupo Jaragua, en la vertiente sur hay más de 30 kilómetros cuadrados del parque bajo agricultura.
Es un dato alarmante porque, como dice Martínez Batlle, el parque ha perdido alrededor de 100 kilómetros cuadrados desde 1973. 

Según estudios realizados por el geógrafo para su tesis doctoral sobre la sierra de Bahoruco, el 7% del parque ya se había perdido entre 1973 y 2003, especialmente debido a la agricultura.

“En 30 años se perdieron 69 kilómetros cuadrados, que vienen siendo 69 áreas como el Jardín Botánico, explica Martínez.

Eso es un montón de territorio perdido, agrega, sobre todo porque ha sido en áreas de bosque nublado y pinar. El pinar se recupera, pero el bosque nublado no solo no se recupera fácilmente, sino que tampoco lo van a dejar, porque es donde está ahora la agricultura”.

¿Qué proponen ambos expertos? A corto plazo, y por la urgencia del tema, consideran que se debe de parar la entrada de equipos pesados que están en el parque con el interés de “rehabilitar y posiblemente abrir nuevos caminos para tener más acceso, vía camiones, a la agricultura intensiva”. 

GARANTÍA FUTURA 

Pese a la sequía extrema del 2015 que provocó la quema de una zona del parque, Yolanda afirma que se trata de un bosque muy estable y la garantía de agua a futuro para las comunidades cercanas.

“Es nuestra garantía ante el cambio climático. Todo el mundo está diciendo que va a aumentar la aridez y ya estamos viendo cambios de estaciones, que se están moviendo más las lluvias. Nuestras garantías son nuestros bosques, es lo que se llama adaptación basada en ecosistemas, y lo que más estamos haciendo en desadaptación basada en ecosistemas porque lo que estamos haciendo es metiendo allí cultivos”.

De acuerdo con la docente e investigadora del Intec, “es especialmente crítico que lo único que te dé agua tú lo mates. Caramba, la gente no está viendo que se va a estrellar contra la pared”.

Martínez, a su vez, apunta: “Lo más grave desde mi punto de vista es la biodiversidad, pero desde el punto de vista de un habitante de la zona es el agua, porque se va a perder. No se han hecho estudios recientes en República Dominicana, pero en otros países sí se han hecho e indican que donde se pierde la cobertura arbórea los niveles de caudales o de aguas subterráneas, ambos, disminuyen. Esto está muy estudiado en todos los lugares, no hay que pensar que en Bahoruco no va a ser así”.

La Sociedad Ecológica de Pedernales y el clúster turístico de la provincia se han unido a la defensa del área protegida.

Eladia Gesto, coordinadora de Proyectos de Conservación de la Fundación Propagas, también presente en el encuentro, sugiere que “comprometer el agua a futuro te va a limitar cualquier iniciativa de planificación porque necesitas agua para todo, no solamente el agua potable. Cualquier industria de servicio, de lo que sea, necesita agua. Las sociedades deberían organizarse en torno al recurso agua y aquí estamos planificando y ocupando sin siquiera ver qué tenemos de recurso”.

De continuar el problema, la gente emigrará hacia sitios donde pueda satisfacer sus necesidades básicas o de producción. 
“Ya estamos viendo mucho tráfico ilícito, desde drogas hasta guaconejo. El carbón, aunque en la vertiente sur no es un problema tan grave, ha sido una industria importante en el pasado y hay zonas donde todavía lo es”, señala Yolanda.

Apuntan que sin agua y sin biodiversidad, ciudades y pueblos tendrán que reubicarse o despoblarse, los índices de desarrollo humano caerán y la pobreza aumentará.

APOYARSE EN LA TECNOLOGÍA 

Martínez Batlle sostiene que la tecnología permite hoy día, especialmente compañías que ponen a disposición de los usuarios sus datos satelitales, hacer cálculos confiables sobre la pérdida de cobertura boscosa de cualquier punto del planeta.  El primer mapa muestra en rosado la pérdida de cobertura arbórea entre 2001-2017 sobre el límite del PNSB usando como fuente la información del Global Forest Watch

Martínez explica de esta forma la información del segundo mapa, tomando como base una imagen de Google Satellite:  “Haciendo ‘estadística zonal’, es decir, extrayendo las pérdidas sólo para el polígono del PNSB, resulta que entre 2001 y 2017 se habrían perdido unas 9,874 hectáreas, ~99 kilómetros cuadrados.  Este dato es consistente con el obtenido para el mismo período desde la aplicación del Global Forest Watch, que da 9,553 hectáreas (95.53 kilómetros cuadrados)”.

PERFILES

Doctor en Geografía por la Universidad de Sevilla (España), José Ramón Martínez Batlle es uno de los investigadores dominicanos que más conoce sobre la Sierra de Bahoruco, dedicándole a este espacio su tesis doctoral “Sierra de Bahoruco Occidental, República Dominicana: Estudio Biogeomorfológico y estado de conservación de su parque nacional” (2012). Es ingeniero eléctrico (INTEC, 1994) y licenciado en Geografía (Universidad de Sevilla, 2002).

A partir de la creación de la reserva de la biosfera Jaragua-Bahoruco-Enriquillo en 2002, el Grupo Jaragua extendió sus trabajos de conservación e investigación hacia el Parque Nacional Sierra de Bahoruco. La bióloga Yolanda León ha estado involucrada en la protección del parque desde entonces.

Encuentro Verde es una iniciativa  coordinada por la bióloga Yvonne Arias que, con el apoyo de la Fundación Propagas, promueve el debate de temas ambientales.

Yaniris López
Listín Diario