BIGtheme.net http://bigtheme.net/ecommerce/opencart OpenCart Templates
Inicio | Articulistas | Parque Nacional Montecristy

Parque Nacional Montecristy

 

eleuterio-martinez-mini1La Dirección Nacional de Parques, empresarios turísticos y sectores montecristeños se han puesto de acuerdo para solicitar al Poder Ejecutivo la reducción de 1000 kilómetros cuadrados al Parque Nacional Montecristi.

Montecristi es una hermosa realidad natural que ha ido emergiendo tímidamente de las procelosas aguas del Océano Atlántico, con parches, retazos o mosaicos de geografía elegantemente colocados en un rincón del paraíso que ha quedado atrapado entre el mar y la tierra (en la Línea Noroeste), el cual es engalanado y refrescado eternamente por las aguas cordilleranas del río Yaque del Norte, labor que le ayudan a realizar sus dos hermanos menores que vierten su contenido dulceacuícola más al sur, los ríos Chacuey y Dajabón, los cuales se asoman al mar por el fondo de la Bahía de Manzanillo o más bien en Estero Balsa, el primero, y en la frontera domínico – haitiana, el segundo.

El inventario de lo que todavía no forma parte de la plataforma terrestre (territorio firme), es fácil de realizar, pues la lentitud del proceso permiten contabilizar y verificar una y mil veces su contenido: son siete cayos que vagan en el mar colocados sobre un inmenso banco de corales y arena, más uno ahogado (no porque se haya caído del banco sino por ser tan joven que todavía no ha nacido) y un islote (isla Cabra) más otro cayito (El Fraile) que si nadan bien, pronto estarán en tierra firme como lo ha hecho El Morro, quien para disfrazar su condición de isla, adorna sus pies con la bellísima alfombra de manglares que separa los encantos de la Bahía Icaquitos de la Bahía de Montecristi.

Ahora bien, el espacio de tierra firme que debería ser colonizado racionalmente por asentamientos humanos, ya se ha hecho y lo que queda a la orilla del mar, debe ser respetado no sólo para conserar su virginidad, a la cual tiene derecho de sobra la madre naturaleza, sino por la consideración que merece la Sociedad Dominicana y en particular la de Montecristi, donde se ha vendido la idea de que »su desarrollo se puede lograr arruinando el contenido del espacio natural para colocar en su lugar dos o tres mansiones para los ricos santiagueros que no pueden llevarse El Morro y sus encantos para el centro del Valle del Cibao (para colocarle encima el Monumento a los Héroes de la Restauración)», de que »es preciso sacrificar los manglares, salados y humedales de los caños de Las Mujeres, Quebró y Juan de Bolaños, para convertirlos en marinas o colocar en su lugar la infraestructura necesaria para que el turismo acabe de llegar». 
Pero todavía hay algo más grave, los sectores que se beneficiarían directamente con el turismo »bienhechor», le han vendido la idea hasta a los recién nacidos de que la pobreza desaparecería con la llegada de la sucia industria sin chimeneas, que todos trabajarían como obreros o dependientes de los hoteles y actividades conexas, como si eso se hubiese logrado en alguna parte. !Y yo que pensaba que la demagogia era un patrimonio particular de los políticos! 
¿Qué va a pasar cuando los montecristeños despierten del sueño de la bonanza del desarrollo que solamente alcanza para los ricos, cuando sus males se acentúen y la degradación moral siente sus reales como está ocurriendo en Boca Chica y Sosúa; cuando se le impida llegar a las playas o sean desalojados como en Cabeza de Toro, Bávaro o La Hermita de Gaspar Hernández; cuando los inversionistas hayan recuperado sus capitales y le dejen un cementerio de edificios y las costas arruinadas como está por darse en Juan Dolio y que es una experiencia harto conocida por varias naciones del mundo que han sido mecas del turismo, como España y México? 
En Montecristi se ha llegado a convencer hasta a los campesinos de que el principal obstáculo para el turismo es el parque nacional, llegándose a crear tal adversión que ya hay quienes odian El Morro. »Vamos a regalárselo a los ecologistas, porque ¿qué vamos a ser con un camello to’pelao?, que se lo lleven junto con su parque porque nosostros lo que queremos es turismo», son expresiones de cualquier muchacho de barrio y que en varias ocasiones hemos escuchado en la Gobernación Provincial local.

De todo esto nos preocupa sobremanera que un sector tan sensato y comedido como la Iglesia Católica, pueda hacerle coro a los »buenos hijos» de Montecristi, cuando eso solamente le luce a las autoridades o a los polítiqueros que andan detrás de un voto. Conocemos de cerca los técnicos del INDENOR (oportuna y sabiamente orientados por monseñor Tomás Abreu), con quienes hemos trabajado para que el parque nacional sea una realidad para el beneficio de aquella comunidad y nunca un obstáculo para su progreso, misión en la que nunca deben desmayar.

El patrimonio natural de una nación, vale decir, sus riquezas naturales y los valores intangibles (características únicas o excepcionales) que le acompañan, es algo muy sagrado para estar jugando a los intereses egoístas, donde no debe tener cabida lo mío o lo tuyo, pues la naturaleza no pertenece a un sector de la sociedad, ni siquiera a una generación en particular. Ella por siempre es y será un legado de Dios para todos sus hijos de todas partes y en todos los tiempos. Es la herencia más grande y el capital base con que cuenta un país para construir su desarrollo y el porvenir de sus habitantes, razón por la cual no se puede disponer de él para solucionar circunstancias atenuantes o satisfacer intereses puntuales perfectamente ubicados en el espacio y un período de tiempo muy breve en el largo devenir histórico.

EN MONTECRISTI 
EL PARQUE ES EL MEJOR ALIADO DEL TURISMO

La redelimitación es un fraude contra la sociedad montecristeña, pues prácticamente en nada le beneficia y en cambio le crea serios perjuicios a la naturaleza

Para no apresurar juicios de valor, veamos con objetividad la propuesta de redelimitación que hace la Dirección Nacional de Parques, según sus propias informaciones, para que nadie se llame a engaños y mañana, cuando las cosas no le salgan a los montecristeños como ellos anhelan, no acusen a más nadie que no sea a sus propias autoridades y a la misma institución rectora de esta área protegida, aunque para ese entonces ya ningún funcionario de los actuales estará en la palestra pública, salvo el daño creado con sus acciones. Versión oficial

Mi colega y amigo José Martínez, coordinador del »Plan de Uso Público del Parque Nacional de Montecristi» ha dicho que el área que se preservaría en la propuesta de redelimitación que está haciendo la Dirección Nacional de Parques, »abarca desde Manzanillo hasta Punta Rusia, mientras que los límites actuales comprenden desde la Laguna Saladillo hasta Punta Débora en la Isabela». Es decir, »en los límites actuales (Decreto 16-93) todo el ecosistema de manglares que hay desde la Laguna de Saladillo, comprendiendo la Bahía de Manzanillo, la playa Juan de Bolaños y El Morro hasta llegar a Punta Débora, está incluido en el parque nacional». 
Y aclara, »en la nueva propuesta que hacemos no está incluido hasta Punta Débora». Eso quiere decir que la Dirección Nacional de Parques está excluyendo graciosamente y sin que nadie lo haya pedido, la Laguna de Saladillo y todos sus humedales, al igual que la extensa zona de manglares y caños de Estero Hondo, la cual se prolonga hasta la desembocadura del río Bajabonico en la Bahía de la Isabela. No creemos que exista en Montecristi alguna persona interesada en que se hagan estos cambios que en nada le benefician y sí le desprotegen parte de su naturaleza más frágil. 
En cambio, el Director Nacional de Parques, en informaciones recogidas por el periódico »El Caribe» (4 de agosto de 1999), ha dicho por su parte que: »no obstante, lo que queda en estado natural es lo que nosostros queremos conservar y es lo que estamos definiendo con unos 384.70 kilómetros cuadrados». Quisiéramos saber si la Laguna de Saladillo y los manglares de Estero Hondo no se encuentran en su estado natural. Dijo además que se excluiría del parque nacional la parte del »El Morro» donde se habían levantado algunas construcciones.

Informaciones en este mismo sentido y que fueron recogidas por este periódico (LISTíN DIARIO del 2 de agosto de 1999), la Dirección Nacional de Parques dice que »la nueva superficie del área protegida es de 768.5 kilómetros cuadrados, de los cuales 384.20 corresponden a la zona de amortiguamiento y los otros 384.30 al parque propiamente dicho. Y como para que no quede dudas de que en esta propuesta el parque nacional se se reduce a una cuarta parte de su superficie actual, agrega: »de los 384.30 kilómetros cuadrados destinados a parque nacional, 297.20 pertenecen a la zona marina y 87.10 kilómetros a la zona terrestre».

Reducción de tamaño

Resulta inconcebible que de 1384.59 kilómetros cuadrados que tiene el parque nacional Montecristi en estos momentos (1181.05 de zona marina y 203.54 de tierra firme), según los cálculos de la propia Dirección Nacional de Parques, esta institución proponga su reducción a casi una cuarta parte (384.30 kilómetros cuadrados), es decir, proponga que se le eliminen 1,000.29 kilómetros cuadrados. Sin embargo, cualquier persona que no sea entendida en estos asuntos podrá confundirse y pensar que el parque en realidad lo reducen a la mitad con esta propuesta, al decir maliciosamente que el mismo tendrá 768.50 kilómetros cuadrados.

Es necesario aclarar que el área de amortiguamiento no se contabiliza como superficie protegida (es decir que 384.2 kilómetros cuadrados no pertenecen al parque nacional), sino como área de control, vale decir que se regulan las actividades, pero que no se prohibe nada expresamente. Quisiéramos saber, ¿cómo esta institucin oficial justifica la exclusión de las áreas marinas, si el parque nacional Montecristi es esencialmente un área protegida marina?, porque hasta donde conocemos, en aquella ciudad noroestana nadie está interesado en que esto ocurra.

Creemos oportuna una aclaración de parte del Director Nacional de Parques, señor Omar Ramírez, sobre las informaciones brindadas a la prensa y que siembran la confusión a todo aquel que desconoce la forma en que la institución que él dirige, hizo todas esas operaciones matemáticas ofrecidas a los representantes montecristeños que le escucharon con tanta atención, el pasado 31 de julio en la Gobernación Civil de Montecristi. Yo estoy seguro que la mayoría o casi todos los presentes no entendieron que en realidad, a su parque nacional (que a lo mejor ni les va ni les viene), le estaban quitando justamente 1,000 kilómetros cuadrados. También sería oportuna la opinión en este sentido de mi buen amigo José Melgarejo, un empresario turístico de la zona que siempre ha deseado lo mejor para su suelo natal.

La propuesta es un fraude

Yo no se si las autoridades actuales de la Direccción Nacional de Parques saben que el agua potable que se consume en el municipio de Pepillo Salcedo viene de la Laguna de Saladillo, razón más que suficiente para que se le proteja. Pero hay algo más, se estima que allí existe todavía la última colonia de Cocodrilo Americano (Crocodylus acutus), que vive en agua dulce en el territorio nacional (los militares de puesto al norte de la laguna nos han afirmado que han visto ejemplares en sus orillas y algunos pescadores también dicen lo mismo, lo han visto moverse en los caños). Será un ejercicio más productivo si esta dependencia estatal empleara su tiempo averiguando estas informaciones para comprobar qué tienen de ciertas, en lugar de estar haciendo propuestas para su desprotección. 
Para quienes lo desconocen, se trata del mismo cocodrilo del Lago Enriquillo, pero con la peculiaridad de que en este caso, su hábitat se encuentra en agua dulce. En el pasado existió una buena población de este reptil, tanto en la laguna como en el mismo río Yaque del Norte, donde los campesinos (maeños principalmente) se quejaban de que les atacaban a sus vacas y por eso los perseguían.

La Laguna de Saladillo contiene el humedal más grande de la Línea Noroeste, el cual cubre varios kilómetros cuadrados a su alrededor, ensanchándose extraordinariamente cuando el río Dajabón o Masacre que la alimenta, hace sus acostumbradas avenidas. Ella constituye por sí misma un ecosistema muy singular, el cual se convierte en la primera puerta de entrada para las aves migratorias acuáticas que nos visitan desde el hemisferio Norte del planeta, llegando a crear, en determinadas épocas del año, un verdadero paraíso de avifauna acuática (nativa y migratoria). 
Entonces, ¿cómo se propone dejarla sin protección? Empero, de lo que sí estoy casi seguro es de que las autoridades de la Dirección Nacional de Parques saben que la zona de Estero Hondo – Bahía La Isabela, es el principal hábitat del manatí (Trichechus manatus manatus) en la costa Norte y probablemente del país. Una especie en inminente peligro de extinción y que goza de la protección de la comunidad internacional.

Tenemos entendido además que el estudio de la zona costero-marina que realizó el »Centro de Investigación de Biología Marina de la Universidad Autónoma de Santo Domingo», ya fue entregado al GEF (Fondo para el Medio Ambiente Mundial) y por lo tanto, a la Oficina Nacional de Planificación, organismo focal del país para la donación realizada mediante este mecanismo, para el estudio de la biodiversidad costera de la República Dominicana. Estimamos que el mismo debe contener suficiente información que le brinden luz y orientación a la Dirección Nacional de Parques sobre la importancia científica y los valores que adornan los ecosistemas costeros del Parque Nacional Montecristi.

Soluciones técnicas

No entendemos cómo se haría técnicamente la propuesta de sacar parte de »El Morro» de los límites actuales del Parque Nacional Montecristi para que responda a las normas universalmente aceptadas, las cuales establecen que »un ecosistema no se conserva por pedazos, que un hábitat no debe fraccionarse, máxime cuando es pequeño y le brinda albergue a especies endémicas, únicas o que solamente tienen ese espacio vital para su superviviencia». Pero como ahora no se respeta ni siquiera el mandato de la propia ley 67 – 74 que crea o instituye la propia Dirección Nacional de Parques, menos aún se observarían las orientaciones globales, aunque el país las haya aceptado y se haya comprometido a cumplirlas ante la comunidad internacional.

Para conservar la integridad de El Morro y el espacio vital de las especies endémicas que existen precisamente en la zona que está siendo alterada (Salvia montecristina y la Antirrhoea montecristina), se deben identificar otra estrategia que no sea su exclusión del área protegida. Pues si a un parque nacional se le extrae sus enclaves naturales más valiosos, los hábitats de las especies endémicas que están llamados a proteger y se violan los procedimientos que se deben seguir para su correcta delimitación, entonces tal unidad de conservación pierde su esencia y no amerita que se le preste mayor atención. Lo preocupante de esta situación, técnicamente improcedente y ecológicamente inaceptable es que sea el propio organismo responsable de hacer valer lo contrario, que lo esté promoviendo y haciendo.

Desde los años 1984 y 1985 existe un estudio realizado bajo los auspicios del Banco Interamericano de Desarrollo y dirigido precisamente por la Secretaría de Estado de Turismo, la Secretaría de Estado de Obras Públicas y la Dirección Nacional de Parques donde se hace el »Ordenamiento territorial de los terrenos de El Morro». Allí está plasmada, en mapas y planos, la forma en que se debe utilizar el espacio físico de este promontorio natural y los alrededores de la misma ciudad de Montecristi para que sirva de soporte a un verdadero desarrollo turístico, sin arruinar El Morro que es el principal punto de atracción que contiene el parque nacional.

¿Por qué ninguna de las tres instituciones (SECTUR, SEOPC Y PARQUES), hacen referencia al mismo, si esa podría ser la solución técnica y económicamente viable para la conservación del parque nacional y el desarrollo turístico? Estos estudios están disponibles en las tres instituciones, pero no se dan a conocer ni se aplican. Entonces, ¿se justifica que el Estado Dominicano se endeudara con un préstamo para luego no utilizarse el producto perseguido con los gastos realizados? Vamos a ver si alguien tiene una respuesta.

Después de todo esto, yo le pregunto a alguien que esté en capacidad de responderme, ¿cuál es la conquista concreta de esta propuesta para la sociedad montecristeña?, ¿se estará haciendo esto inconscientemente?

UNA LUZ AL FINAL DEL TúNEL

Pero no todo es sombra en Montecristi y es muy posible que muy pronto comiencen a despejarse las tinieblas del desconocimiento y las dudas, si entendemos en el buen sentido, las palabras del sacerdote Francisco Gallard, director de la Pastoral Social de aquella localidad cuando no le tembló la voz para decir cuatro verdades cuando le llegó su turno: »en El Morro hay demasiados intereses envueltos que se contradicen mutuamente». Y continuó, »va a ser muy difícil determinar algo que pueda ser aceptado por todos, porque realmente no se quieren realizar actividades que le den a la ciudad de Montecristi lo que le reportaría más beneficio, porque si todos esos terrenos de la costa Norte se emplean para hoteles, esto reportara pocos beneficios para el pueblo».

»Con sólo anunciarse que aquí se hará un desarrollo turístico, ya hay inversionistas con títulos de propiedad de los terrenos y para beneficiarlos, lo que se ha querido hacer es disminuir el área del parque nacional, todo ello para favorecer ese llamado turismo». Dijo que »a su humilde entender, falta una política bien definida en cuanto a esto porque ¿por dónde va a venir el turismo si no hay aeropuertos y si el puerto de Manzanillo está muy descuidado?». 
»Todos los planes del desarrollo del turismo en la zona deberían de empezar por el puerto de Manzanillo, que es el principal que tenemos y sólo se está empleando para traer klinquer para la empresa Cementos Cibao». »Si no se empieza por hacer primero una infraestructura que propicie la llegada de los turistas y mejorando lo que hay actualmente, no se hará nada». !Más claro no canta un gallo!

ZONIFICACION NATURAL 
Actualmente Propuesta

Superficie total : 1,309.5 Km2 384.3 Km2 
Area terrestre : 201.0 87.1 
Zona marina : 1,108.5 297.2 
Colinas y llanuras : 120.0 ? 
Manglares : 44.0 ? 
Salados : 23.0 ? 
Humedales : 6.0 ? 
Lagunas y caños : 8.0

por Eleuterio Martínez 
Publicado originalmente en el Listín Diario del 10 de Agosto del 1999