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Nubes negras amenazan áreas protegidas, soportes del turismo en el Este Dominicano.

Denuncian que el Ministerio de Medio Ambiente se apresta a autorizar construcción de hoteles en el área protegida Guaraguo-Catuano, en Bayahibe.

Como una triste sorpresa navideña ha sido recibida la noticia de que el Ministerio de Medio Ambiente de la República Dominicana habría cedido a las presiones que desde hace casi 20 años ha estado haciendo el inversionista español Pepe Hidalgo y su empresa Globalia para que le permitan construir un gigantesco proyecto turístico en las inmediaciones del Parque Nacional del Este (Hoy Cotubanamá), en específico en el Área Protegida Guaraguao-Catuano, justo donde se encuentra el puesto de control y vigilancia del propio Ministerio de Ambiente.

Según informaciones recibidas, el Ministro Ángel Estévez ha ordenado personalmente la entrega de los Términos de Referencia para la construcción de un hotel a dicha empresa, para la realización del estudio de impacto ambiental estaría a cargo de la Firma Consultora Gema Ambiental, S.R.L., cuyos representantes son Patrick Robert Raulin y el Ing. Bienvenidos Mejía, con el código de registro es F07-153.

En dicho documento se muestran unas coordenadas erráticas, pero que la mayoría coinciden con la zona de amortiguamiento del Parque Nacional del Este y dentro del Paisaje Protegido Guaraguao-Catuano, que mediante la resolución No.0009-2018 emitida por el propio Ministerio de Medio Ambiente, a la firma del entonces Ministro Francisco Domínguez Brito y en cuyos articulados puede leerse explícitamente  «se prohíben expresamente los siguientes usos: construcción de cualquier tipo de hoteles o apartamentos turísticos, construcción de infraestructuras no desmontables».

Sin embargo se rumora entre los ambientalistas que dicha resolución ha sido derogada por el Ministro Ángel Estévez con la clara intención de permitir obras en estas áreas protegidas, aunque en el portal de la institución no se ha publicado ninguna información en ese sentido, pero si ha «desaparecido» del mismo la resolución No.0009-2018.

Fuentes de entero crédito afirman que personal del más alto nivel del Ministerio de Ambiente ha acompañado a ejecutivos de Globalia hasta los terrenos de su interés y que incluso se han marcado para labores agrimensura los mismos, llegando los desarrolladores a solicitar permiso para hacer un desmonte y así poder comenzar a promover el proyecto.

Ambientalistas y organizaciones preocupadas por el tema, entre las que se encuentrarían La Asamblea Nacional Ambiental, INSAPROMA, La UASD, Academia de Ciencias, Acción Verde, Ecoparque, Adolfo López, Lissete Gil, Yolanda León, Luis Carvajal,Eleuterio Martínez, Kelvin Guerrero, Domingo Abréu, Nelson Bautista y otros han realizado varias investigaciones y encuentros para definir el plan de acción que incluirían las acciones jurídicas y mediáticas que fueren necesarias para impedir este desatino, que de llevarse a cabo abriría una especie de «caja de Pandora» que podría marcar el deterioro progresivo de las áreas protegidas que reciben la mayor cantidad de visitantes de todo el sistema, con cifras que superan los 600,000 turistas por año.

También se ha acordado el trámite a través de la oficina de libre acceso a la información de los documentos oficiales emitidos por Medio Ambiente sobre el proyecto, aunque muchos son pesimistas en ese sentido dado que esta gestión se ha caracterizado por negar paulatinamente esa información que debería ser pública, tal como ocurrió recientemente con un proyecto que afectaría la costa y los manglares de «la boca de Yásica» en Cabarete y que el Ministerio se ha negado a ceder copias del Estudio de Impacto ambiental y los permisos emitidos.

Se recuerda que desde hace más de 20 años que el Sr. Pepe Hidalgo y las empresas que representa han intentado construir en un área de más de 200,000 metros de terrenos ubicados en la parcela  24-A en Bayahibe, bajo múltiples alegatos, incluyendo un supuesto decreto otorgado durante el gobierno del expresidente Hipólito Mejía en el año 2000, pero que fue desestimado al aprobarse la Ley sectorial de áreas protegidas en el año 2004.

Durante ese proceso varios medios de comunicación denunciaron que el Sr. Hidalgo, en contubernio con funcionarios y legisladores, buscaban desmembrar el entonces Parque Nacional del Este con el fin de poder construir miles de habitaciones hoteleras en la zona, acción que ha sido considerada un contrasentido pues pondría en peligro los «objetos de conservación de la zona» que según el propio Ministerio de Medio Ambiente «Incluyen arrecifes coralinos, praderas marinas, playa arenosa, arrecife costero bajo, dunas, vegetación costera, manglar, bosque latifoliado húmedo, humedales, lagunas costeras, acantilados , conjunto cárstico con cavernas , dolinas y manantiales , arte rupestre y restos arqueológicos prehispánicos (…)»

También concluye la misma Resolución de 2018: «Los ecosistemas presentes en el Área Nacional de Recreo Guaraguao-Punta Catuano forman parte indisoluble de los ecosistemas presentes dentro del Parque Nacional Cotubanamá (antes Parque Nacional del Este); de su interacción en condiciones prístinas depende la funcionalidad ecológica de ambas unidades de conservación . Por este motivo, a pesar de que actualmente tengan denominaciones diferentes y categorías teóricas de conservación distintas, a efectos prácticos, ambas áreas protegidas constituyen una misma unidad conservación y por tanto deben ser tratadas como conjunto ecológico y cultural uniforme, a la hora de valorar las actividades que pueden realizarse en el seno de cualquiera de ellas. Así pues el Área Nacional de Recreo se manejará en todo momento como parte indisoluble del citado Parque Nacional , tal como se contempla en el Plan de Manejo del mismo.»

Fundación Acción Verde, Inc.