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Loma Miranda se expresa desde sus bosques, sus cielos y sus aguas: reportaje especial


BONAO, República Dominicana.- Desde lejos, la montaña se eleva inocente y pacífica, vestida de verde vibrante, de los pies hasta la cima, para dar la bienvenida al conjunto montañoso que funge como pulmón de la isla, ignorando que durante meses ha causado revuelo entre la gente de sus alrededores y de la lejanía.

De cerca, su respiración se escucha como aves que cantan despreocupadas y arroyuelos que corren libres y tranquilos, amparados bajo el verde infinito del atavío vegetal que recubre la piel marrón e irregular de la loma.

A los pies de la montaña, ubicada en la base de la Cordillera Central y al sur del Valle del Cibao Oriental, en la frontera político territorial que separa a Bonao y La Vega, numerosos letreros decoran una edificación, en el que hombres jóvenes pasan el calor de la mañana, refugiados a la sombra.

“Si se permite que Falcondo explote esta zona, sería catastrófico para la región”, asegura Rafael Fahin, dirigente de Izquierda Revolucionaria, quien despierta la curiosidad de los muchachos que miran desde el segundo nivel, sin separarse de sus sillas.

Rafael observa el arroyo que corre a unos metros del campamento y que refleja como un espejo los rayos del sol. Para él, es una historia que podría repetirse, como ocurrió en Cotuí debido a la explotación minera, la cual, indica, ha causado estragos en la naturaleza y la población residente en la zona, por lo que entiende, sería imposible hablar de explotación minera responsable.

“Los exploradores de mina buscan sacar mayor cantidad de recursos con la menor inversión posible, por lo que utilizan sustancias contaminantes como el cianuro”, declara sin titubeo.

“Además”, continúa diciendo,  “son explotaciones a cielo abierto, por lo que no es posible una explotación a cielo abierto de forma responsable”, lo que asegura, pone en riesgo la biodiversidad de la montaña.

No es el único. Para Luis Carvajal, de la Academia de Ciencias y la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), el impacto en la zona de Loma Miranda sería demoledor, dado que un proyecto minero a cielo abierto “desmontaría la montaña”, sin que se pueda controlar la erosión causada por los trabajos planteados por la empresa Falconbridge Dominicana (Falcondo).

Según el catedrático, el paso de flujo de vehículos, cambio de perfil de terreno, la interrupción de los cursos subterráneos y la eliminación de la vegetación tendrá un impacto inmediato en la calidad y la cantidad del agua que se utiliza en 452 granjas medianas y grandes, con un promedio de 4.5 empleados, mientras que otras llegan a tener más de 100 empleados.

“Los que están a favor de explotar Loma Miranda están cavando su propia tumba”.

“Es mentira que en Acapulco no hay agua, que solo son unos cuantos riachuelos. De esas aguas dependen diferentes zonas, incluyendo el Hospital Traumatológico, El Caliche, Junumucu”, asegura Genaro Rodríguez, dirigente comunitario, quien detalla que de la montaña se alimentan más de una veintena de afluentes, incluyendo La Llovedora y Aguita Fría, ambos de gran interés turístico, además de ser de gran importancia agrícola.

Bajo las sombras que nacen de los arboles, Genaro cuenta cómo personas allegadas a Falcondo han intentado “comprar su conciencia”, a fin de lograr el apoyo de la comunidad, la cual sobrevive de los  turistas que visitan los balnearios, y así favorecer la explotación.

“Sin agua no hay arroz ni factoría. Ellos ofrecen unos 2500 empleos, pero ¿Cuántos no se pierden en la finca de arroz?”, cuestiona.

Loma Miranda constituye una “mina de agua”, que posee manantiales que brotan en forma de medio arco hacia el Valle de La Vega Real, impactando los Ríos Jagüey, La Piedra, Los Pinos y los arroyos Yaquecito, Miranda, entre otros.

Por parte del Valle de Bonao, impacta los arroyos Barraco, Camacho, Río Jayaco, Hatillo y la Presa de Rincón, suministrando agua a casi medio millón de personas para consumo y para la producción de alimentos.

“Falcondo ha reducido el valor hidrológico y el valor biológico”, destaca Luis Carvajal, quien asevera que los estudios hidrológicos de Falcondo son insuficientes e interpretados de manera sesgada, debido a que indican que la zona no posee fuentes de importancia.

En La Llovedora, unos visitantes disfrutan de las virtudes de la cascada que cae en forma de chaparrón y que le da nombre a la caída.

Genaro mira la cascada y la gente que se refresca en el agua límpida que se apoza como piscina natural entre las rocas.

“Los que están a favor son personas que con niños que mantener y sin tener que ofrecerles debido a la carencia de oportunidades de trabajo, aceptan lo poco que le ofrecen, vendiendo su conciencia por 300 pesos. Pero están cavando su propia tumba”.

Cuestión de intereses

En el campamento, Rafael Fahin se mantiene de pie, mirando el riachuelo cristalino que sirve como la antesala a la montaña, y que reduce su brillo debido a la sombra proyectada por una nube.

Asegura, posando ahora la mirada sobre las casas frente al campamento, que nadie se ha beneficiado en la comunidad, salvo un minúsculo grupo, lo cual es inservible para medir los beneficios que podrían aportar la explotación minera, más, cuando se compara con los perjuicios que causarían los trabajos en la montaña.

No tarda en señalar con la voz al presidente Danilo Medina y a los congresistas de responder a los intereses particulares de Falcondo, lo que es secundado por Luis Carvajal, lo que catalogan como una irresponsabilidad y un irrespeto a la labor conferida por el pueblo.

“El presidente está es respondiendo a los intereses de las multinacionales, porque necesita dinero para cubrir los déficits que le dejó el anterior gobierno”, manifiesta enérgico, despertando nuevamente la curiosidad de los jóvenes que ofrecen su ayuda en el fortín.

La Sentencia del Tribunal Constitucional 167-13 del 24 de septiembre de 2013, prohíbe la explotación de Loma Miranda, lo mismo que el fallo 00077/2012 dictado por la Tercera Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Vega, en fecha doce 12 de octubre de 2012 y la sentencia Tribunal Superior Administrativo 165/2014, que declara la amenaza inminente de la vulneración del derecho a un medio ambiente sano y a la dignidad humana y ordena abstenerse al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales y a la Dirección General de Minería, de gestionar, diligenciar o expedir cualquier autorización que favorezca la explotación de loma Miranda”, en donde se estima hay unas 20 toneladas de ferroníquel.

Debido a esto, Luis Carvajal señala que constituye una chapucería jurídica la objeción del presidente Medina al proyecto de ley suministrado por el poder Legislativo, dado que hace citas inadecuadas y referencias tergiversadas al acuerdo firmado por la Confederación Suiza del 2004, y que afecta sensiblemente los intereses del país, lo que ha profundizado el clamor de los sectores populares.

“Con Loma Miranda se discute el destino de la Cordillera Central. La existencia de tres sentencias que prohíbe la explotación de Loma Miranda, una de las cuales ordena su conservación, cierra cualquier posibilidad de explotar Loma Miranda”, afirma. “El proyecto fue devuelto por un acto político”.

Parque Nacional.

Según los datos del Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental de la Xstrata Nickel para el Proyecto de Loma Miranda, existen 34 impactos ambientales, de los cuales 29 fueron evaluados, resultando 26 impactos negativos y solo tres positivos, lo que a entender del encargado de la Comisión Ambiental de la UASD, descarta toda posibilidad de que el proyecto minero sea favorecido con una licencia ambiental.

“Es un choque de un interés social para preservar los recursos que sostienen la economía de más de 45 mil trabajadores en el arroz, en alrededor de 14 mil parcela, que garantiza el agua que consumen comunidades tan importantes como San Francisco de Macorís o Salcedo”, explica Carvajal. “Estamos hablando de que la necesidad de protegerlo como parque es para garantizar las dinámicas económicas y la supervivencia estratégica de esas comunidades”.

Las nubes se dispersan de apoco, dando paso al sol brillante que se refleja en el río. Rafael Fahin sigue de pie, observando ahora una camioneta que se aleja de la montaña, en dirección a la carretera, volviendo la mirada al escuchar cuál sería el futuro de Loma Miranda de no ser aprobada como parque nacional.

“El soberano es el pueblo y el presidente es un administrador”, asegura con firmeza, mientras aprieta los puños. “Loma Miranda debe ser parque nacional”.