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De Mochita a Cacú: entre Blanco y Negro

Mochita es una tortuga tinglar inmortalizada en un molde de fibra de vidrio en una exhibición del  Museo Nacional de Historia Natural Eugenio de Jesús Marcano Fondeur, de Santo Domingo.

Mochita salía a poner sus huevos todos los años en la playa de Manresa, en el suroeste de la ciudad, playa y barrio de pescadores. Mochita debe su nombre a una aleta mutilada, se presume, por un tiburón, rasgo por el que era conocida por biólogos de Medioambiente y por pescadores. Hace más de 35 años que se da seguimiento a las tortugas marinas en esa playa.

Mochita sobrevivió al tiburón, pero no a los desaprensivos humanos que la mataron para tratar de robar sus huevos y vender su carne. Por eso su cuerpo fue donado al departamento de Taxidermia del Museo, como los animales fallecidos en el Zoológico o decomisados en operativos de tráfico ilegal.

Es el mejor uso para el cuerpo de Mochita y otros tantos animales víctimas de los humanos: servir para educar.

Este Día Mundial de las Tortugas Marinas tenemos más biólogos marinos trabajando con tortugas. Yolanda León es la heroína de las tortugas y su legión de voluntarios y biólogos del Grupo Jaragua, institución sin fines de lucro dedicada al estudio y defensoría de áreas protegidas en nuestro país, sobre todo el Parque Jaragua.

El Grupo Jaragua tiene más de veinte años educando a la comunidad desde sus campamentos infantiles de verano, hasta su trabajo de defensoría ambiental y acompañamiento a las comunidades de Oviedo y de toda la región Enriquillo. Tiene programas de investigación de tortugas marinas desde 1997. Entonces se llamaba Proyecto Carey porque esa especie era la más amenazada. Hoy se ha ampliado a las cuatro especies de tortugas de nuestra isla y han establecido otra base de operaciones, además del Parque Jaragua, en el Parque Cotubanamá o Parque del Este, en la isla Saona.

En Jaragua, el héroe sin ojeras (para trabajar con tortugas hay que trabajar de noche que es cuando las tortugas salen a desovar) de la incubación de huevos de tortugas, es Bienvenido Pérez Turbí, mejor conocido como Blanco, hoy administrador del Parque y con igual responsabilidad para todas las especies que lo habitan, uno de los guardianes de nuestra naturaleza, ninguno reconocido lo suficiente.

Blanco, Yolanda y el Grupo Jaragua han hecho una escuela de investigación y actividades de conservación en la que hoy tienen una legión de voluntarios y colaboradores en todos los ámbitos, entre los cuales me enorgullezco de ser contada.

En el otro extremo de la isla, en la Saona, está el otro héroe sin ojeras, Pelagio Paulino, mejor conocido como Negro, y la historia se repite para bien y el trabajo del Grupo Jaragua y todo el equipo se multiplica y van a entrenar a los comunitarios de la Saona y nueva vez fructifica el empeño de los biólogos, donantes y comunitarios. Todos debemos ser parte de la solución.

Luego, Yolanda empezó a buscar cómo ayudar a las tortugas que salían a desovar en los lugares donde pocos podían pensar que aún lo hacían. Y así, Dios los cría y ellos se juntan, la nueva generación de biólogos al rescate: Omar Shamir, de ANAMAR, conectó con los pescadores de Manresa, donde otrora fuera atacada Mochita, ahora reivindicada en Cacú, otro tinglar bautizado con el apodo de uno de los pescadores antes depredador, ahora vigilante sin ojeras de esta playa de tortugas y la epopeya de Cacú sí tiene un final feliz, tan emotivo que ha sido contada en un documental por Marvin del Cid, galardonado con premios internacionales, disponible ahora en YouTube.

Otra institución, el Acuario Nacional, tiene su hada de las tortugas, Karina Hierro, bióloga que aún en pandemia estuvo dando seguimiento a los nidos de tortugas en varios lugares del país. Estos héroes y heroínas voluntarios no pararon. Siguieron monitoreando, contando e incubando huevos de tortugas.

Estos animales aún están muy amenazados. Aún hay desaprensivos que las atacan, venden sus huevos; aún quedan atrapadas en las redes de pesca o son víctimas de la ingesta de plásticos, pero es tarea de todos hacer que siga creciendo el ejército de voluntarios de instituciones como el Grupo Jaragua, el Acuario Nacional, Anamar, el Museo de Historia Natural y Mimarena.

“Sólo el amor engendra la maravilla”. Gracias por su trabajo.

Ojala.do