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Consultorio Ecológico. Profesor, nueva vez Naciones Unidas…

eleuterio_postP. Profesor, nueva vez Naciones Unidas convoca a una conferencia mundial en Samoa sobre el impacto de los cambios climáticos en los Estados Insulares pequeños ¿cuál es el peligro real que entraña este fenómeno para República Dominicana?

R. A veces los cambios del clima son tan sutiles que a penas los expertos los perciben con claridad, pues aunque las consecuencias las sufre la humanidad, el común de la gente no tiende a asociar una cosa y la otra.

Ya la República Dominicana está sufriendo los impactos directos y las consecuencias no se han hecho esperar, pero no parecemos estar conscientes de lo que está pasando. El lago Enriquillo acaba de desplazar a comunidades enteras, zonas agrícolas y actividades ganaderas que se desarrollaban en su entorno.

El lago Azuei sepultó bajo sus aguas las oficinas de Aduanas en Mal Pase y le está mojando los pies a los barrios y asentamientos humanos de Jimaní que tocan su periferia. Allí los flamencos, las gallaretas pico blanco, patos y gaviotas que vienen desde Norteamérica y otros lares de ultramar, nadan, vuelan y se alimentan sobre las ruinas de edificios anegados y hacen su hábitat natural en los antiguos patios de las casas. Es muy probable que, aunque el país está sufriendo en carne viva la sequía que mantiene la ganadería de leche y carne en la Línea Noroeste al borde del colapso, junto a las presas y acueductos, no comprendamos que también son fenómenos asociados a estos cambios globales del clima.

Pero la gravedad de las consecuencias o los efectos deletéreos que arrastran consigo estos fenómenos, no se resuelven con trasladar un Boca Cachón de las orillas del lago Enriquillo al Pie de Monte de la Sierra de Neiba o abriendo asentamientos agrarios en Espartillar y espacios potenciales del entorno de la Hoya de Enriquillo. Son paliativos.

Si nos detenemos a ver cómo se están deteriorando las playas más valiosas del país a causa de la erosión por el comportamiento del oleaje y la elevación paulatina y casi imperceptible de los niveles de las aguas del océano Atlántico y evaluáramos todo lo que ello podría significar para el desarrollo futuro del turismo, una de las columnas más importantes de la economía del país, probablemente no entremos en pánico, pero sí se nos espantaría el sueño.

¡Pensemos en mejorar nuestras relaciones con la naturaleza, pues solo ella puede garantizar nuestra supervivencia!

Envíe sus preguntas eluterioporlavida@gmail.com

Por ELEUTERIO MARTÍNEZ

Vía: http://hoy.com.do/