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Consultorio Ecológico: Parque Mirador Norte, luces y sombras del espacio público más grande de Santo Domingo

Consulta

Profesor, el Parque Mirador del Norte está de aniversario ¿cuáles son las luces y sombras del más grande espacio público de Santo Domingo?

Respuesta

El Parque Mirador Norte, obra majestuosa del arquitecto Rafael Tomás Hernández, es el último gran espacio público creado y habilitado por el presidente Balaguer, el más grande entre todos los espacios públicos que hoy exhibe la capital dominicana, epilogando la serie “miradores”.

La serie miradores concebida como los grandes espacios recreativos verdes habilitados como servicio público para la capital dominicana, comenzó en la Navidad de 1970 con la creación del Parque Mirador del Sur y el Paseo de los Indios entre la prolongación José Contreras y la avenida de la Salud, aunque dos años antes se había construido el Parque Zoológico Nacional en el hoy Parque del Conservatorio Nacional de Música y Declamación.

Luego se creó el Parque Nacional del Este (1974-78) que abarca Los Tres Ojos – Faro a Colón – Plazoleta Duarte y la frustrada avenida Ecológica. Por último el Parque Mirador del Norte, creado en 1992 e inaugurado el 11 de julio de 1996. Sin embargo, como parte de la misma concepción lúdica – urbanística, se construyeron el Jardín Botánico, Parque Zoológico Nacional, Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte y el Centro Olímpico.

El Parque Mirador del Norte fue concebido zona núcleo de la “Gran Muralla Verde”, según Rafael Tomás, creada por Balaguer con el Cinturón Verde de Santo Domingo, el cual acoge las Ruinas de Engombe – río Haina, Cachón de la Rubia, Isabela – Higüero, Humedales del Ozama y los Farallones – Mirador de las Américas (kilómetros 15-16 de la avenida de las Américas).

El Mirador Norte ha tenido sus luces y sombras, pues al extenderse sobre las márgenes del río Isabela, sus límites fueron extendidos por el presidente Hipólito Mejía hasta el aeropuerto El Higüero y el mismo presidente Mejía luego le sustrajo el espacio del Cementerio Jardín Memorial, el cual ha quedado inmerso en su interior, aunque con la desaparición del Consejo Nacional de Asuntos Urbanos, ninguna otra autoridad se ha ocupado por defender estos espacios privilegiados para la recreación y el goce de la naturaleza, como servicio público que se le brinda a la ciudadanía.

Es lamentable, pero el Cinturón Verde y todo su potencial para el devenir del Gran Santo Domingo, carece de tutela efectiva y su muerte marcha al mismo ritmo de extinción que lleva la avenida Ecológica en Santo Domingo Este.

Eleuterio Martínez
HOY