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Buscan los árboles “colosos” que perviven en los bosques de Paraguay

Asunción, Paraguay.- Una ONG paraguaya viene buscando y premiando desde hace siete años sus «colosos», los árboles con mayor circunferencia en el tronco y con mayor longitud, tanta que se podría observar desde su rama más alta los claros que deja la deforestación en los bosques del país sudamericano.

Samu’u (palo borracho), lapachos, kurupa’y, timbós o yvyra pyta (madera roja), con sus nombres en guaraní, idioma de la tierra en la que crecen, son las especies más postuladas al concurso “Colosos de la Tierra”, con el que la ONG A Todo Pulmón (ATP) pretende involucrar a la sociedad en el cuidado de la flora nativa y alertar de la rampante deforestación.

La ONG concluyó este fin de semana el rastreo de los “colosos” en una batida en varios departamentos de Paraguay, a la espera de que a principios de septiembre se conozcan los árboles premiados, en una ceremonia que ya es parte de la agenda medioambiental del país.

En ella se han implicado comunidades que han tejido desde hace siglos su relación con los árboles, aunque la cotidianeidad de su presencia hace que, a veces, pase desapercibida.

Árboles coloso

Es el caso de la localidad de Borja, en el departamento de Guairá, que fue la primera parada de la tercera expedición de esta edición de “Colosos de la Tierra”, en la que el jurado del concurso ha visitado a lo largo de tres fines de semana los 22 árboles finalistas.

En ese lugar, a 200 kilómetros de Asunción, Héctor Meza presentó al concurso un kurupa’y que su padre, Armin Meza, es quien ha contribuido a que se siga erigiendo con toda su majestuosidad.

Meza comentó a Efeverde que cuando era pequeño le gustaba “estudiar las lecciones” del colegio bajo el árbol y recuerda cómo sus hermanos jugaban al fútbol junto al árbol, que quedaba justo en el medio de las porterías.

“Los jugadores querían echar porque les molestaba en la cancha y gracias a mi papá esto sobrevivió porque es el cuidador máximo”, aseguró Meza con orgullo.
Confirmadas las medidas del árbol de Borja, que no serán desveladas hasta el día de la premiación,la expedición siguió hasta Mbuyapey, departamento de Paraguarí, donde el samu’u de Gustavo Ferreira aguardaba enhiesto para su medición.

La ruta continuó en Obligado, en el departamento de Itapúa, ya más cerca de la frontera sur con Argentina que de Asunción. En esta localidad de fundación alemana, rodeada de plantaciones de canola, Andrés Morel consiguió que su yvyry pyta se incluyera entre los 22 seleccionados.

“Consideramos que es un sobreviviente, porque si miran el entorno, no solamente de este lugar, sino el entorno itapuense, la masa forestal original, el Bosque Atlántico del Alto Paraná (BAAP), prácticamente desapareció. Este quedó porque habrá sido difícil de talar”, lamentó.

Deforestación

El BAAP es solo una de las víctimas de la deforestación que sufre el país, en el que desaparecen unas 325.000 hectáreas de masa forestal al año, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

A pesar de esa pérdida de bosque, el departamento de Itapúa es uno de los más fructíferos en cuanto a premios y postulaciones.
En esa misma región, un joven ingeniero de 23 años, Guido Villalba, postuló, al igual que en la pasada edición, otro yvyry pyta, un árbol que abunda en su localidad, General Artigas. “Es una especie a la que le gusta la tierra de General Artigas”, alardeó el joven.

Esos árboles seleccionados pasaron la criba inicial, en la que se valoró la altura y la circunferencia, que después se constató en cada una de las visitas del jurado.

El director de proyectos de ATP, Osvaldo Turlan, explicó a Efe que en esa fase se da “una importancia del 55 % a la circunferencia y del 45 % a la altura”.

Una vez en el terreno, se fiscalizaron esas medidas con una cinta métrica con la que rodean el árbol a una altura aproximada de 1,3 metros.

El metro es solo la parte formal, que se complementa con un círculo de personas dadas de las manos para demostrar de forma visual las colosales dimensiones.

Los “colosos” de este año se conocerán el 5 de septiembre, y engrosarán la lista de la edición del pasado año, en la que el vencedor fue un timbo de 41,75 metros de altura.

Noelia F. Aceituno
EFEverde