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Biografía de Erik L. Ekman

En el primer centenario de obtener su doctorado y en el 181  de su nacimiento

El Dr. Erik L. Ekman nació el 14 de octubre de 1883 en el barrio Katarina, al sur de Estocolmo, Suecia. Finalizó los estudios primarios en Jonkoping en 1903. Ingresó a la Universidad de Lund y obtuvo el grado de Licenciado en 1907, la Maestría en 1911 y el Doctorado en 1914.

Ganó una beca para realizar exploraciones botánicas en Brasil por dos años. Para entonces, el profesor Ignatius Urban, Director del Jardín Botánico de Berlín,  preparaba un tomo de la Flora Dominicana y necesitaba mayor cantidad material botánico de las Antillas para completar esta importante obra. Como él tenía muy buenas referencias acerca de Ekman, lo consideró la persona indicada para esta delicada misión científica.

Urban gestionó con el comité de becas Regnell y consiguió que Ekman realizara una parada de ocho meses en La Española, antes de llegar a Brasil.

Fue así como el botánico sueco llegó a La Habana a mediados de abril de 1914, para continuar hacia Haití a la mayor brevedad. En ese año se produjeron levantamientos guerrilleros en nuestro país y las comunicaciones entre ambas islas se vieron afectadas; el destino le cambiaría nuevamente los planes. Así es como Ekman, varado en La Habana, sin pérdida de tiempo inicia las exploraciones botánicas en Cuba, justo cuando estalla también la Primera Guerra Mundial.

En Cuba, sin querer, Ekman tuvo que demorarse por 10 años, pero aprovechó ese tiempo para explorar toda la geografía cubana, recolectando 19,212 números y 50 mil ejemplares; descubriendo unas 1000 especies y 25 géneros nuevos para la ciencia.

Ekman sale de Cuba y llega a Haiti el 13 de julio de 1924. Se establece en Port-au-Prince con la recomendación de sus asesores de iniciar las colecciones botánicas en Morne de la Selle, pero por su carácter independiente, inició las exploraciones por todas las montañas haitianas, menos por los lugares previamente indicados; luego de recorrer la península sur de Haití, expresó su pesar por no haber iniciado las exploraciones como se le sugirió, ya que por esos lugares había encontrado las plantas más raras de todas las encontradas en territorio haitiano.

El 28 de diciembre de 1928 Ekman cruza la frontera por Jimaní, estableciéndose en la República Dominicana por el resto de sus días. En mal estado de salud, con la experiencia adquirida en Cuba y en Haití, en sólo tres años recorrió casi toda la geografía dominicana. En la Isla Española, recolectó unos 16,500 números y 50 mil ejemplares, incluidas unas ochocientas especies y 30 géneros nuevos para la ciencia.

Las condiciones de vida en que Erik L. Ekman se desenvolvió fueron de extrema austeridad; con una alimentación muy deficiente, dormía mayormente a la intemperie, sus largas y duras caminatas durante sus excursiones botánicas las realizaba a pie o rara vez a lomo de caballo.

La última excursión botánica la hizo al Firme del Banilejo, entre Ocoa y Bonao, buscando un arbolito de avellano criollo, una especie nueva para la Ciencia, la que Urban nombró más tarde en su honor Omphalea ekmanii.

En los 17 años de duro trabajo, este infatigable explorador permaneció en cuba y la Española, recolectó unos 35,712 números, compilando unos 100 mil ejemplares, descubriendo alrededor de 2000 especies nuevas para la ciencia, y 55 géneros nuevos; una labor científica extraordinaria, que jamás será igualada en la Antillas. Honró numerosos lugares de la República Dominicana, Cuba y Haití  bautizando con sus nombres a muchas especies nuevas descubiertas por él.

Desde el 10 de Enero de 1931, su estado de salud comenzó a agravarse con ataques de fiebre palúdica y principios de pulmonía. El 14 de enero fue ingresado en estado delicado de salud a la clínica Altagracia de la ciudad de Santiago, falleciendo en la madrugada del día siguiente, 15 de enero de 1931, a los 47 años de edad. Así terminó la existencia física de uno de los botánicos más intrépidos que han estudiado la flora de las Antillas.

Los restos de este insigne explorador descansan en el Mausoleo del Maestro en el Cementerio Municipal de la calle 30 de Marzo de la Ciudad de Santiago, República Dominicana y en reconocimiento a sus invaluables aportes al conocimiento de la Flora del Caribe, una estatua en bronce fue erigida en la Plaza Central del Jardín Botánico Nacional; en Santo Domingo y en Santiago, dos calles llevan su nombre. Además, en el parque de San José de Ocoa y en el de los Olivos, en Santiago, se construyeron dos tarjas a su memoria; así como dos calles, una en Santo Domingo y la otra en Santiago, llevan su nombre.

La comunidad científica debe siempre inclinarse reverente ante la memoria del Dr. Erik L. Ekman, un mártir de las Ciencias que ofrendó su vida en el estudio de la rica y diversa flora dominicana y del Caribe.

Erik L. Ekman luego de obtener su doctorado en 1914
Erik L. Ekman luego de obtener su doctorado en 1914

 

Ekman a caballo y su machete en mano, Higuey, 1930
Ekman a caballo y su machete en mano, Higuey, 1930

Material cortesía de Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, Facultad de Ciencias y Humanidades, Departamento de Ciencias Básicas y Academia de Ciencias de la República Dominicana.