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ACCIÓN VERDE: Sobre el Proyecto de Reglamento de Cacería del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales

Respecto al borrador del Proyecto de Reglamento de Cacería, publicado por el Ministerio de Medio Ambiente, para fines de consulta, tenemos a bien expresar las siguientes consideraciones:

  • Recordamos que la Ley Sectorial sobre Biodiversidad, No. 333-15, tienen entre sus objetos “Establecer el marco legal necesario para propiciar el mantenimiento y la recuperación de la biodiversidad, que contribuya a restablecer el equilibrio y las tendencias de los ecosistemas y los procesos ecológicos asociados en el territorio nacional, como parte del Patrimonio Natural de la Nación dominicana”.

Siendo así, entendemos necesario conocer con datos ciertos “cuál es es estado actual del componente biodiversidad (endémico y nativo), en cuanto a especies y números estimados, para poder tener una línea base sobre la cual plantear reglamentos y permisos  que pudieren afectar su equilibrio y sostenibilidad.

En ese sentido proponemos que SE MANTENGAN las vedas sobre aquellas especies, endémicas y nativas, hasta tanto se pueda tener un levantamiento bien sustentado, con rigor estadístico, que pueda servir de punto de referencia, para así estar en condiciones de poder suplir los preceptos del Artículo 1 de la citada Ley, que expresa  “Acceso a la información. El Estado dominicano garantiza el acceso a la información veraz y oportuna sobre la situación y el estado de la biodiversidad, para la toma de decisiones.”

  • Aunque en principio estamos de acuerdo con la habilitación de permisos especiales para la caza de algunas especies consideradas “invasoras” o que se constituyen una amenaza para nuestros ecosistemas, se hace necesario una clara definición de aquellas especies denominadas como “cinegéticas” (de cacería), con sus respectivas justificaciones.

En esa lista sugerimos incluir o mantener aquellas especies que tienen condiciones para su crianza como aves de granja o de corral, como la Guinea cimarrona (Numida meleagris), la Paloma común (Columba livia), aquellas que tienden a desplazar especies endémicas y nativas, como la  Madame saga (Ploceus cucullatus), Pájaro vaquero (Molothrus bonariensis) y la Iguana verde (Iguana iguana).

Pero también aquellas que por su condición depredadora representan una amenaza al equilibrio ecosistémico o a la salud, tales como:

  • Hurón  (Urva auropuntctata)
  • Rata negra (Rattus rattus)
  • Rata de noruega (Rattus norvegícus)
  • Bigañuelo(Mus musculus)
  • Gato salvajes  (Felis catus), siempre que se encuentren silvestres en áreas donde representen una amenaza a especies protegidas.
  • Jabalí (Sus scrofa)
  • Cerdo cimarrón o asilvestrado (Sus domesticus)
  • Rana toro (Rana catesbeiana)
  • Caracol africano (Giant African Snail)
  • Tortuguita de acuario, orejita roja(Chrysemys scripta)
  • Maco Pempem (Bufo marinus)
  • Rana Toro (Rana catesbeiana)
  • Conejo(Conejo)
  • Mapache (Sylvilagus sp.)

En todo caso, hay que tener muy pendiente los roles de control y supervisión, toda vez que es harto conocido que el propio Ministerio de Medio Ambiente, tienen entre sus debilidades las carencias del personal necesario y las capacidades logísticas para poder supervisar adecuadamente cualquier tipo de permiso de esta índole, mucho menos para llevar control y conteo de las cantidades y variedades de las especies que puedan ser objeto de caza deportiva o de control.

De igual modo, cuando los blancos de cacería impacten polígonos que incluyan unidades del Sistema de Áreas Protegidas, debe tenerse aún más rigor, al punto que esto sólo sea permitido a personal especializado, como parte de programas específicos de control de especies invasoras, llevadas a cabo por el propio Ministerio u organizaciones comanejantes.

Es bien sabido que, en el caso de especies como el Cerdo Cimarrón, hay cazadores furtivos que traspasan los límites de algunos Parques Nacionales afectando especies sumamente frágiles como el solonedonte y en ocasiones han provocado fuegos forestales por descuido en su proceder.

Por último, recomendamos al Ministerio promover de forma más activa el potencial que tiene el turismo de observación de aves, que se cambien el cañón de la escopeta por el lente de una cámara o de unos binoculares. Al fin y al cabo, los países con mayor biodiversidad tienen mucho más potencial de generar riquezas para la gente del entorno.

Para aquellos que conservan su afición por el primitivo acto de la “caza por cazar”, el sector privado podría perfectamente invertir en espacios controlados donde esta actividad se pueda realizar sin afectar el resto de la vida silvestre.

Fundación Acción Verde, Inc.