Por si fuera poco, también llega el fuego. El Sistema Global de Información sobre Incendios (GWIS) sitúa a la India y Pakistan como un área candente, tanto en términos de riesgo de fuego como en el de incendios activos (llegaron a 300 en abril) El cambio climático agravará el peligro de incendios, tanto al hacerlos más frecuentes como al hacerlos más graves. Los fuegos descontrolados en España y la península han sido siempre parte de las noticias veraniegas, pero cada vez más en el contexto internacional. El caso más reciente es el de los incendios de Australia con los que empezó 2020.

Superincendios. Lo cual nos lleva a los denominados incendios de sexta generación, los también llamados superincendios. Se trata de incendios forestales de gran potencia en los que la interacción entre el incendio y las condiciones climáticas y atmosféricas es especialmente importante. En la memoria de muchos estará el incendio de Sierra Bermeja, que durante mes y medio en 2021 causó estragos en la provincia de Málaga y se cobró la vida de un bombero que trabajaba en su extinción.

No fue el primer incendio de este tipo en la península. En 2017 un incendio en Pedrogão Grande, en el centro de Portugal, dejó 66 muertos y más de 24.000 hectáreas arrasadas. Estos incendios pueden llegar a ser un problema que afecte a la totalidad de la península.

Un aviso tras otro. Cabe recordar también que los incendios, además de ser peligrosos para las personas que puedan verse atrapadas por las llamas, generan emisiones de distinto tipo, entre ellas gases de efecto invernadero como el CO2 y el metano. También partículas microscópicas que afectan a la salud y son un peligro para muchos. El clima es un sistema complejo, repleto de interacciones, en ese sentido no muy distinto de un superincendio. Las medidas preventivas a tomar pueden variar mucho, pero conviene hacer referencia al dicho: «Cuando las barbas de tu vecino veas cortar… «.

Aun cuando tu vecino viva a 8.000 kilómetros.