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Los ríos muertos

eleuterio-martinez-mini1El Presidente de la República presta atención a los reclamos de las partes y se inclina por una solución de consenso donde la consulta técnica marque las pautas a seguir.
La suerte estaba echada. No había forma de ocultar el delito. Los muertos estaban ahí, tendidos entre la montaña y el mar. Sin embargo, nadie se sentía culpable aunque las comunidades de San Cristóbal y Semana Santa – Yaguate levantaban el dedo acusador. Las víctimas: el Nigua, el Yubaso y el Nizao, permanecan fros sobre su lecho de rocas, no inmolados en aras del desarrollo, sino como mudos testigos de la insensibilidad y la miopa. 
No obstante, ya de nada valen las lamentaciones ni los golpes de pecho. El Presidente de la República, Leonel Fernández fue personalmente al lugar de la tragedia y después de escuchar a los dolientes, haciendo uso de su investidura y de garante del bien común, ordenó suspender las extracciones de áridos, causa primaria de la desgracia de estos tres ríos del sur del pas, otrora caudalosos y que tanto bienestar le han proporcionado y que an desde la tumba, todava le siguen ofreciendo a la sociedad dominicana. 
Dentro del marco del respeto y la cordura se celebraron dos reuniones a solicitud y como muestra de la preocupación que mostró el primer mandatario de la nación, quien las presidió. La primera se celebró dentro de una apretada agenda de actividades que desarrolló el sábado 15 de abril y tres días después, se celebró la segunda en el palacio nacional (como haba prometido), el pasado martes 18 de los corrientes, donde se convocaron a todos los actores del drama: funcionarios e incumbentes departamentales de las distintas instancias estatales relacionadas con los sectores de la construccin y el medio ambiente, así como los grupos ecologistas, comunidades de base, los granceros, la Academia de Ciencias y la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. 
¿Qué hacer?, el Presidente se cuestiona y se responde analizando la magnitud del dilema: ‘‘no se puede detener el desarrollo económico de la nación, ni tampoco se puede permitir que los recursos naturales y el medio ambiente continúen siendo explotados inmisericordemente’’. Ante tales circunstancias descarta adoptar una posición vertical que podría rondar entre los dos extemos del problema: la indifencia total (dejar que las cosas sigan como están) o asumir un control total (preservación integral del ambiente) y manifiesta su disposición de adoptar la postura del ‘‘liderazgo horizontal’’, donde la consulta técnica sea quien arroje la luz para una salida sensata. ¿Cómo se podría lograr esto?
AGUA ANTETODO

 
En una reunión de trabajo que congregó a los secretarios de Obras Públicas, Diandino Peña y de la Presidencia, Alejandrina Germán, a varios funcionarios medios de la administración pública responsable de la gestión ambiental y la construcción, a representantes de los granseros y empresarios mineros de cantera, a la Comisin ambiental de la UASD, a las comunidades eclesisticas y de base de las provincias San Cristóbal y Peravia y a los grupos ecologistas, la Academia de Ciencias de la República Dominicana, debidamente representada por su equipo ambiental, le entregó al Presidente de la República un documento técnico que recoge 60 alternativas para la explotacin de ridos o materiales de construccin, abandonando la vieja y tradicional prctica de destruir el cauce de los ros. 
Luis Carvajal, vocero del equipo ambiental de la Academia leyó a los presentes la carta dirigida al primer ejecutivo de la nación, mediante la cual se le hacía entrega formal de la propuesta. Después de un breve recuento de los antecedentes que han conducido a la inminente extinción de los ríos Nigua, Yubaso y Nizao, incluyendo los episodios ensangrentados que segaron la vida de Sixto Ramrez, se procedi a enumerar los daos provocados por las extracciones de agregados del cauce de los ros.
El documento


¿Cuáles son los daños que se le causan a un río al explotarlo para la obtención de los materiales de la corteza terrestre que encuadran su curso? He aquí las principales, no por orden jerárquico, sino por lo que cualquier ciudadano puede percibir sin ser técnico en la materia: 
1.- Sobreexplotación del cauce y las márgenes del río. 2.- Rotura de la pendiente de equilibrio del río. 3.- Ramificación del cauce con lo que aumenta la evaporación y los niveles de infiltración hacia el acuífero (subterráneo). 4.- Contaminación de las aguas superficiales y subterrneas con lubricantes y combustibles. 5.- Incremento de la cantidad de slidos en suspensin, limitando el aprovechamiento de las aguas en la zona aguas abajo de la explotacin. 6.- Depresin del nivel fre*tico en las tierras aledaas. 7.- Erosin de las tierras agrcolas en los predios adyacentes. 8.- Modificacin de la din*mica hidrolgica (estiajes m*s pronunciados, avenidas incontroladas, desbordes e intermitencias…). 9.- Daos a infraestructuras por reclamo remontante del ro (carreteras y caminos, muros, embalses y contraembalses, puentes y edificaciones…). 10.- Pérdida de los bosques de galería y de la vegetación ribereña acompañante que protege los ríos y gartantiza su estabilidad biológica. 11.- Desaparición de la fauna, tanto terrestre como acuática. 12.- Disminción de la calidad de vida de la población, aumento del desempleo y la migracin al perderse la actividad agropecuaria y pesquera.
¿Qué pasó en Nizao?


El río Nizao puede ser el espejo donde se vea con entera claridad el futuro que le espera a los ríos dominicanos si se permite que continúe la explotación de agregados dentro de sus lechos. En estos momentos el escenario es el siguiente: Decenas de excabaciones mecánicas, hasta 4 y 5 metros por debajo del nivel freático, provocando depresión y además, permitiendo la contaminación del acuífero mediante el aporte de combustibles y lubricantes; decenas de grandes lagunas creadas artificialmente, las cuales han quedado all como producto de la extraccin de todas las gravas y arenas posicionadas bajo el nivel fretico. 
Po otro lado también se evapora el agua de esas lagunas mientras escacéa el agua en la zona; montones de escombros rocosos apilados cónicamente en las márgenes del río, teóricamente para encauzarlo y evitar inundaciones; rotura del perfil de equilibrio del río por la extracción desmedida, lo que provoca que en muchas reas el agua se estanque y luzca verduzca por la acumulacin de algas; destrucccin de la carretera Semana Santa – Boca de Mana; abatimiento del nivel fretico lo que est provocanco la intrusin salina en el acufero que tiende a salinizar los suelos; colmatación o relleno de sedimentos en los embalses de las presas.
¿Y el Nigua?


Además de los daños similares a los recibidos por el río Nizao, el Nigua presenta severas pérdidas por arrastre en los terrenos de agricultura en sus riberas (paraje ‘‘Pica-Pica’’); pérdida de terrenos hábiles para agricultura por usurpación (paraje ‘‘Boruga’’); descenso en el nivel de las aguas subterráneas que se infiltran hacia La Toma (punto de alimentación del acueducto de San Cristóbal); contamianción de este mismo acueducto por combustibles y lubricantes; contaminación sólidad del cauce del río por los desperdicios transportados por los camiones de agregados y su utolización como vertedero municipal. 
Junto al Nizao, el Nigua y el Yubaso, también están en una situación crítica el Yaque del Norte, el Camú, Yásica, Ocoa, Haina, Chavón y Yuna entre otros. Según el levantamiento de campo realizado por los técnicos y especialistas de la Academia de Ciencias de la Repblica Dominicana, existen 136 ros de los cuales se está extrayendo agregados indebidamente. Los técnicos estiman que el Estado dominicano debe adopata medidas urgentes para suspender definitivamente esta práctica y revertir el proceso de degradación acelerada a que han sido sometidos los ríos del pas.. 
Las alternativas 


Para que no se diga que no se dijo, he aquí las alternativas para la sustitución de la práctica depredadora de los ríos por la de explotación de canteras. Sin que el orden implique jerarquía alguna, son particularmente importantes: 
1.- Gravas y arenas de las antiguas terrazas fluviales de Cambelén al sureste de San Cristóbal y oeste de Haina. 
2.- Gravas y arenas de las antiguas terrazas fluviales de Palo Amarillo al sur de Santiago de los Caballeros. 
3.- Gravas y arenas de las antiguas terrazas fluviales de Jánico-Pedregal en San José de las Matas. 
4.- Gravas y arenas de las antiguas terrazas fluviales de Las Matas de Farfán. 
5.- Gravas y arenas de las antiguas terrazas fluviales de Azua – Villarpando. 
6.- Gravas y arenas de las antiguas terrazas fluviales y abanicos aluvionales de la franja Villa González – Navarrete-Jicomé. 
7.- Abanicos aluvionales de la franja Galv*n – Neiba… y así por el estilo hasta completar las primeras 25 alternativas, más otras 36 que se le anexan al documento. También esta propuesta de alternativas realiza un análisis de la calidad de los materiales de canteras como los propuestos utilizando los mismos escenarios donde potencialmente se pueden llevar a cabo, demostrando que los ndices de desgaste (Prueba de los Angeles), son menores que los parámetros y normas permitidas a nivel internacional. 
Por otro lado el documento de la Academia de Ciencias hace un análisis de los costos de producción para demostrar que la propuesta es viable y mantiene nivele de rentabilidad iguales o superiores a las tradicionales prácticas de explotación del cauce de los ros, y se termina haciendo un anlisis de los aspectos legales resaltando la necesidad de reformar la ley 123 de proteccin de la Corteza Terrestre y la ley 146 sobre minería, señalando los requisitos indispensables para poder obtener un permiso de explotación de agregados.
Habla el Presidente


En forma breve y elocuente el presidente Leonel Fernández expuso ante los presentes su apreciación del evento y dijo estar ante la presencia de un fenómeno social muy espcial que él bautizó como ‘‘La Nueva Dominicanidad’’, donde un grupo de jóvenes brillantes encarnan la esencia de ‘‘un nuevo ciudadano’’ que lucha por el bienestar de su comunidad sin más motivación que la defensa de unos derechos y un bien común: la protección de la naturaleza y la calidad de vida. 
Después de un ponderado análisis del conflico ‘‘desarrollo económico versus protección del medio ambiente’’ y de apelar a la comprensión de los presentes sobre el dilema que se le presenta a un presidente de la República cuando se ve en la necesidad de promover el desarrollo económico de la nación y en la necesidad igualmente imperiosa de preservar el medio ambiente y los recursos naturales, se pregunt por donde nos vamos?, presentando a seguidas varios escenarios. 
‘‘Lo más fácil sería adoptar la postura de indiferencia total, no hacer nada y dejar que el tiempo se encargue de colocar las cosas en su lugar, como ha ocurrido en estos últimos 20 o 30 años. Pero esa sería una posición irresponsable que no se corresponde con la realidad que vivimos. Por otro lado, el presidente de la Repblica podra asumir una posicin vertical y decidir lo que a su manera de ver es lo que ms conviene, a sabienda de que cuenta con los mecanismos necesarios para imponer su voluntad’’, dijo el mandatario. También descartó esa posibilidad por considerarla autocrática para plantear a seguidas su posición al respecto, la cual bautizó como de ‘‘Liderazgo Horizontal’’, donde se consulte a los diferentes actores en busca de una solución de consenso. 
‘‘Hay un hecho cierto con el cual todos los presentes parecen estar de acuerdo: las cosas no pueden seguir como van’’. Esta inquietud se advierte incluso en la posición de los granceros cuando hablan de una transición gradual del proceso de cambio de explotación de áridos del cauce de los ríos para una nueva modalidad de explotación de áridos a partir de canteras. ¿Qué se puede hacer? 

 
‘‘En primer lugar ordenamos la suspensión de extracción de materiales de los ríos, medida de la cual no me arrepiento y creo que fue la más pertinente mientras los técnicos oficiales se reunen con los sectores afectados por esta situación y los mineros que explotan los agregados del cauce de los ros. Estamos de acuerdo en que es necesario hacer una reforma de la Ley 123 de Protección a la Corteza Terrestre, integrándola o no a la ley 146 sobre Minería, pero mientras tanto hay que aplicar el imperio de la ley vigente, la cual ha sido violada permanentemente, comenzando con el hecho de que a su despacho no ha llegado la primera solicitud de permiso para operar una planta de agregados’’ fueron las palabras del presidente, antes de plantear: ‘‘Pero mientras eso sucede, soy de opinión que se revise la legalidad de todos los permisos otorgados hasta el presente y los que no los tengan, sencillamente no podrán seguir operando’’. Dijo que es necesario detener definitivamente las extracciones cercanas a La Toma, de cuyo manantial se extrae el agua para el abastecimiento del acueducto de San Cristóbal. 
Destacó el hecho de que no se puede pasar rápidamente de un extremo a otro, es decir, del desorden total a la posición idílica de un control absoluto. Fue entonces cuando decidió crear una comisión mixta, donde participarían los funcionarios oficiales, junto a los representantes de los empresarios mineros y los técnicos de la Academia de Ciencias, para que le presenten al gobierno, a la mayor brevedad un documento que recoja las soluciones más apropiadas a corto, mediano y largo plazo. Dijo adems ser partidario de realizar reuniones de seguimiento con los tcnicos para buscar una solucin rpida a la situacin. Conmin a la parte oficial de la comisin a convocar sin demora esas reuniones y se comprometi con la aplicacin de los resultados.
Por Eleuterio Martínez 
Publicado originalmente en el Listin Diario del 24 de Abril 2000