Como consecuencia, los científicos consideran que si estas especies vegetales no pueden sobrellevar los cambios de temperatura, la biodiversidad de las plantas y los servicios ecosistémicos que proporcionan disminuirán.

Fricke y sus colegas reunieron datos en la literatura científica de más de 400 redes de dispersión de semillas en todo el mundo y desarrollaron modelos de aprendizaje automático para predecir los cambios en la dispersión de semillas debido a la disminución de los animales que las propagan.

“Basándonos en las especies de aves y mamíferos presentes en cada lugar, estimamos cuántas semillas se dispersarían a las distancias necesarias para adaptarse al cambio climático”, añade el científico. Luego compararon los mapas actuales de dispersión de semillas con los que muestran cómo sería la dispersión sin las extinciones causadas por el ser humano o las restricciones del área de distribución de las especies.

Regiones templadas, donde más se pierde la dispersión

Los resultados revelaron que la función actual de dispersión de semillas ha disminuido drásticamente con respecto a su nivel natural, con un descenso especialmente extendido fuera de los trópicos.

“Las regiones templadas muestran algunos de los mayores descensos en la función de dispersión de semillas. Se trata de zonas en las que los grandes dispersores de semillas que pueden trasladar muchas semillas a grandes distancias ya han desaparecido o existen ahora en áreas de distribución muy restringidas”, concreta el ecólogo.

En muchas regiones tropicales, los dispersores de semillas que en la actualidad están en peligro de extinción realizan gran parte de la función de dispersión restante. Esto también amenaza las funciones ecológicas (como dicha difusión de semillas) que realizan esas especies.

Esta investigación muestra los claros vínculos entre la crisis de biodiversidad y la climática. Los científicos proponen mejorar la conectividad de los hábitats para garantizar que los dispersores de semillas existentes puedan deambular libremente. “Otra forma es la recuperación de los dispersores de semillas importantes en sus áreas de distribución históricas”, recalca a SINC Fricke.

En este sentido, el trabajo pone de manifiesto la necesidad de restaurar faunas para garantizar una difusión eficaz ante el rápido cambio climático. Para ello, cobran especial relevancia los animales de gran tamaño para aumentar la resistencia de las comunidades vegetales frente a estas circunstancias.

“Los grandes mamíferos y las aves son especialmente importantes como dispersores de semillas a larga distancia, pero se han perdido ampliamente de los ecosistemas naturales”, concluye Christian Svenning, autor principal del estudio, y profesor y director del Centro de Dinámica de la Biodiversidad en un Mundo Cambiante de la Universidad de Aarhus en Dinamarca.