“Mientras que animales grandes, con mayores capacidades de movimiento, pueden escapar de un incendio y luego colonizar las zonas que se vieron afectadas, otros más pequeños o con una capacidad de movimiento más limitada, pueden ser alcanzados por las llamas o verse afectados por la pérdida de los recursos que utilizan para sobrevivir”, comenta la investigadora.

Los incendios también pueden influir en las interacciones que se dan entre especies, como la competencia y la depredación. González dice que en Australia se ha documentado que cuando se pierde cobertura forestal por causa de los incendios, puede aumentar la presión de depredación sobre pequeños mamíferos, debido a que no hay la suficiente cobertura vegetal que los proteja.

Asimismo, según cuenta la científica, muchos mamíferos, voladores y no voladores, aves, entre otros, tienen funciones muy importantes en los ecosistemas como polinizar y dispersar semillas: “Si el fuego influye negativamente en estas comunidades animales —continúa González—  se puede ver interrumpida la regeneración natural de las plantas y el funcionamiento del ecosistema”.

Finalmente, Armenteras afirma que este estudio es importante porque refleja que los incendios forestales no son un problema exclusivo de la cuenca amazónica, —que, según manifiesta, son los que generalmente llegan a los titulares de prensa­— y demuestra que se trata de una problemática común a todos los países, aunque existan diferencias en los efectos y respuestas de cada nación, que dependen también de los tipos de bosques y del clima.

“Es imperativo reducir los incendios forestales. Algunas soluciones podrían ser los pagos por servicios ecosistémicos, condenar los crímenes ambientales y promover prácticas para el manejo integrado del fuego, que prevengan estos desastres ambientales”, puntualiza Armenteras.