“El Gobierno de Canadá y el pueblo inuvialuit que vive en la costa del mar de Beaufort valoran mucho este estudio, ya que los complejos procesos descritos tienen implicaciones para la evaluación de los riesgos geológicos, la creación de un hábitat marino único y nuestra comprensión de los procesos biogeoquímicos”, subraya.

El mar de Beaufort canadiense, una zona remota del Ártico, es accesible a los científicos desde hace poco tiempo, ya que el cambio climático impulsa el retroceso del hielo marino. El instituto MBARI forma parte de una colaboración internacional para estudiar el fondo marino de este mar junto al Servicio Geológico de Canadá, el Ministerio de Pesca y Océanos de ese país y el Instituto de Investigación Polar de Corea.

Los científicos utilizan vehículos submarinos autónomos (AUV) y un sonar a bordo de un barco para realizar la batimetría (levantamiento topográfico) del fondo marino con una resolución de una cuadrícula de un metro cuadrado, es decir, aproximadamente del tamaño de una mesa.

Paull y su equipo volverán al Ártico este verano a bordo del RV Araon, un gran rompehielos coreano. El objetivo de este viaje, al que también se ha incorporado el Laboratorio de Investigación Naval de EE UU, es seguir investigando el deshielo del permafrost submarino con la ayuda de los dos AUV y el MiniROV –un vehículo portátil operado a distancia– del instituto del MBARI.