De hecho, ya se ha demostrado que la disponibilidad de hábitats naturales a pequeña escala tiene un impacto positivo en los sistemas agrícolas. En el caso del cacao indonesio, se ha comprobado que el aumento de la cantidad de hábitat natural aumenta el número de insectos clave, incluidos los polinizadores.

Nuestro nuevo estudio muestra, sin embargo, que los beneficios de esta intervención sólo se encuentran en los sistemas agrícolas menos intensivos. Esto podría deberse a la reducción del nivel de insumos como fertilizantes e insecticidas que se aplican, o al aumento de la diversidad de los cultivos para garantizar los beneficios del hábitat natural cercano.

También es importante señalar que no todas las especies lo están pasando mal. Por ejemplo, un trabajo reciente sobre los insectos del Reino Unido ha demostrado que, mientras algunos grupos han disminuido en los últimos años, otros, incluidos los insectos de agua dulce, han aumentado.

Otro estudio que analizaba las tendencias de los insectos a nivel mundial también encontró aumentos en el número de insectos de agua dulce. Sin embargo, muchas de estas tendencias positivas se han registrado en regiones no tropicales, como el Reino Unido y Europa, donde se ha hecho mucho para mejorar la calidad del agua de los ríos en los últimos años, tras la degradación del pasado.

Marcar la diferencia

Los confinamientos por covid-19 hicieron que muchos de nosotros volviéramos a conectar con la flora y la fauna de nuestro entorno. En el Reino Unido, el clima cálido de la primavera de 2020 supuso un aparente aumento de la abundancia de insectos en el campo británico. Sin embargo, este aumento fue probablemente temporal, y una especie de anomalía frente al panorama mundial.

Para aumentar la biodiversidad de insectos en los entornos locales, podemos plantar jardines diversos para atraer a los insectos, reducir la cantidad de pesticidas utilizados en los jardines y huertos, y reducir la frecuencia con la que cortamos el césped. En el Reino Unido han planteado el reto de No segar en mayo.

Sin embargo, no sólo podemos marcar la diferencia a nivel local. Las decisiones que tomamos como consumidores pueden ayudar a proteger a los insectos y a otras criaturas de los trópicos. Por ejemplo, comprar café o cacao cultivado a la sombra garantizará un menor impacto en la biodiversidad que los cultivos a campo abierto.

Mientras tanto, los gobiernos y otras organizaciones públicas y privadas deberían considerar más cuidadosamente el impacto que sus acciones y políticas tienen sobre los insectos. Esto podría abarcar desde la consideración adecuada de la biodiversidad dentro de las políticas y acuerdos comerciales, hasta garantizar que los productos no procedan de zonas asociadas a altas tasas de deforestación.

Y luego está la cuestión de los datos. Cada vez reconocemos más la importancia de los insectos para la salud y el bienestar humanos, así como su papel clave en los sistemas mundiales de producción de alimentos. Salvaguardar el medio ambiente para proteger a los insectos en el futuro tendrá grandes beneficios para las sociedades humanas de todo el mundo. Sin embargo, nada de esto es posible sin buenos datos.

Un paso importante para comprender mejor los cambios en la biodiversidad de los insectos es reunir y evaluar los datos ya disponibles. Un nuevo proyecto del que formamos parte, GLiTRS (GLobal Insect Threat-Response Synthesis), lo hace combinando el trabajo de destacados expertos de diversas instituciones y disciplinas ecológicas, incluidos analistas de datos. El proyecto pretende evaluar cómo responden los distintos grupos de insectos a determinadas amenazas.

Comprender las causas del declive de los insectos es fundamental para evitar pérdidas aún mayores en el futuro y para salvaguardar las valiosas funciones que desempeñan. El cambio climático y la pérdida de biodiversidad, dos grandes crisis mundiales, son también dos caras de la misma moneda. Sus efectos combinados en la producción de alimentos hacen que la salud, el bienestar y los medios de vida de muchas personas en los trópicos y fuera de ellos pendan de un hilo. La pérdida de biodiversidad de los insectos es una parte crucial, pero aún poco estudiada, de esta historia.