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Cambio climático: una amenaza latente que acecha la agricultura

sequia_cambio_climaticoSi usted anda buscando un ejemplo de cómo se expresa concretamente el “cambio climático” del que tanto se habla en República Dominicana, lo puede encontrar fácilmente en el sector agropecuario.

Es una actividad que en el país y más allá de sus fronteras ha sido seriamente afectada y eso ha empujado directamente hacia arriba el costo de los productos comestibles en las góndolas de los supermercados y en otros puntos de expendio; ha provocado cambios de los ciclos agrícolas y hace que en épocas en las que antes no aparecían plagas ni enfermedades, éstas se presenten como si nada en cualquier momento.

¿Cómo es posible que en meses como éstos, en los que antes llovía a cántaros, en la actualidad no caiga una gota de agua?, se preguntan a menudo quienes cosechan las tierras, cuando analizan las razones por las que en esos predios las inversiones caen “en terreno movedizo” y muchas veces no tienen retorno, porque las siembras no “cuajan”.

La Estrategia Nacional de Adaptación al Cambio Climático en el sector Agropecuario de la República Dominicana 2014-2020 indica en una de sus partes que históricamente, el sector agrícola ha sido dominado por varios rubros agrícolas (de la canasta alimenticia básica), como el arroz, habichuela rojas, guandul, plátano, yuca, batata, ñame, yautía, papa, cebolla y ajo. Y pocos de ellos han logrado zafarse de los efectos en un clima cada vez más cambiante.

El impacto se ha sentido en las ocho regionales en que está dividido el sector agropecuario dominicano, que son: Regional Norte, Regional Sur, Regional Este, Regional Norcentral, Regional Nordeste, Regional Suroeste, Regional Central y la Regional Noroeste.

Para muestra, algunos de los números de este mismo año 2015 permiten ver cómo el cambio climático, expresado a través de una sequía intensa, ha mermado la oferta de bienes alimenticios.

En el Cibao, una región altamente productiva y de tierras fértiles, hasta hace tres o cuatro meses la producción de yuca había caído un 25%, y luego de eso la sequía ha continuado, apenas con ligeras pausas de lluvias. En el cultivo de plátano, la situación ha sido más o menos la misma, y la unidad ha alcanzado un precio de entre 15 y 20 pesos, y en los peores casos, hasta los 30 pesos.

En el valle agrícola de San Juan, una evaluación realizada hace varios meses indicaba que se habían perdido por efectos del cambio climático (en lo que va de 2015) unas 3,600 tareas de cebolla, 7,000 tareas de maíz y varios miles de tareas de frutos, de acuerdo a datos ofrecidos por Henry Rodríguez, del Comité Agropecuario Unitario de la citada provincia.

En general, en el país, según la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios, el impacto de la escasez de agua se ha traducido en una merma superior al 25% en la producción lechera.

Y en Peravia, de manera particular, este año se han visto afectadas o bajo amenaza 22,013 tareas de plátanos, 21,980 de guineos, 6,800 de lechosa, 2,240 de yuca, 315 de ají, 600 de habichuelas, 1,055 de berenjenas, 360 de pepinos, 829 de molondrones, 4,065 de aguacates, 34,670 de mangos, 6,510 de pastos para animales, y el área de cultivo de cebolla se redujo de 8,000 tareas a unas 1,500 tareas.

Hoy no es como ayer

Otro elemento que se cita cuando se hace referencia al cambio climático es la ruptura de la estacionalidad de los cultivos, es decir, de las épocas en las que históricamente había presencia de un determinado rubro. Eso ha ido variando y en algunos casos se habla de “producción fuera de ciclo”. Eso, según expertos, no puede ser atribuido de manera expresa al tema en cuestión, sino también a los procesos de modificaciones genéticas que vienen realizándose, permitiendo, por ejemplo, que haya aguacates casi todo el año. Pero así como se consiguen los aguacates, hay otros productos que no pueden sembrarse porque las condiciones no lo permiten.

La Estrategia Nacional de Adaptación al Cambio Climático en el sector Agropecuario, que trata de responder a los problemas que se originan, fue realizada por la Fundación Plenitud bajo la supervisión técnica del Caribbean Community Climate Change Centre, el Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo Limpio y el Ministerio de Agricultura, con fondos de la Unión Europea (UE).

Ese estudio plantea que los factores asociados al cambio climático obligan a profundizar el conocimiento sobre el fenómeno para desarrollar nuevos niveles de adaptación agrícola sobre el uso de la tierra por causas de reducción del área agrícola, sustitución o diversificación de cultivos, cambios en calendarios de siembra, tecnología de riego, uso de fertilizantes, control de plagas y enfermedades.

Dice que se requiere, entre otros, de adecuados sistemas de organización, información, observación y monitoreo y de infraestructuras y planificación.

Por Martín Polanco
El Caribe