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Agua para el desarrollo sostenible

Por: Li Misol

El agua está rodeada de cifras extremas. Apenas tres son los átomos necesarios para su formación, dos de hidrógeno y uno de oxígeno, pero el recurso cubre más del 70 por ciento del planeta, en el que los océanos ocupan el 97.4 por ciento y sólo el 2.5 es agua dulce de glaciares, acuíferos y otras fuentes. Un ser humano puede sobrevivir poco más de una semana sin agua y alrededor de 1,100 millones de personas en el mundo no disponen de ella en sus casas.

Por ser la cuna de todas las especies y el sostén de los ecosistemas, el agua es un recurso natural popularmente conocido como “fuente de vida”, pero más allá de la biología y los clichés, es un elemento crucial y transversal al desarrollo económico, social y a la protección del medio ambiente, los tres pilares del desarrollo sostenible de los pueblos.

Detalles relevantes

Jorge Mario García Fernández, director de Cuencas Hidrográficas del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi) y Secretario del Consejo Nacional Cuencas Hidrográficas (CNCH) de Cuba, explicó en la conferencia “Sobre el uso y aprovechamiento de los recursos hídricos en América Latina y el Caribe” que el tema agua está muy presente en los países de la región “porque si bien tiene características sectoriales en su administración, gestión, almacenamiento, distribución y evaluación, el agua es un componente transectorial del desarrollo sostenible”.

García Fernández recordó que cualquier referencia a revisar en torno al agua remite a su ciclo natural, que puede demorar días, semanas o hasta cientos de años. Refirió que si bien el ciclo solía verse como un simple flujo cuantitativo de agua que se evaporaba, sublimaba, precipitaba y congelaba, “hoy también hay que verlo como componente conductor y transmisor de la contaminación, como en el caso de la lluvia ácida”.

Más allá de su papel transmisor de contaminación, el experto comentó que hablar de agua es referirse a un recurso natural renovable, frágil y limitado conformado por un componente cualitativo y otro cuantitativo que no pueden analizarse de modo independiente.

García Fernández disertó en el marco del Seminario Regional Periodismo, Medio Ambiente y Desarrollo, celebrado en La Habana del 22 al 24 de noviembre pasado con el apoyo de la UNESCO y del Instituto de Periodismo de José Martí, con sede en la capital de Cuba.

HAZ TU PARTE POR UN MUNDO MÁS JUSTO

Tener agua disponible desde el acueducto es doble bendición. Aunque muchos no lo valoran, significa dos cosas, que el recurso está disponible en la cuenca hidrográfica del país y que existe infraestructura para transportarla.

En la región, el agua se relaciona con los niveles de pobreza, los suelos y su producción, la biodiversidad y su protección y la salud pública. Luchar por garantizar un acceso equitativo a este recurso es luchar por un mundo más justo para todos.

El agua natural no es agua real
Aunque las cifras pueden variar, alrededor del 2.53 por ciento del agua en el planeta es dulce. De ese ínfimo porcentaje, alrededor del 0.5 por ciento está disponible y soporta las necesidades del desarrollo sostenible de la Tierra. A esta información se agrega la distribución desigual de esos recursos.

Jorge Mario García Fernández, director de Cuencas Hidrográficas del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi) y secretario del Consejo Nacional Cuencas Hidrográficas (CNCH) de Cuba, dijo en la conferencia “Sobre el uso y aprovechamiento de los recursos hídricos en América Latina y el Caribe”, que unos 10 países concentran el 60 por ciento de la disponibilidad potencial de recursos de agua dulce.

Brasil, Rusia, China, Canadá, Indonesia, Estados Unidos, India, Colombia y el Congo son países que tienen alta disponibilidad natural de agua por sus niveles de lluvia o sus concentraciones de hielo. Sin embargo, esto no tiene relación directa con la disponibilidad real del líquido para satisfacer las demandas de la economía, la sociedad y el medio ambiente. Tener mucha agua natural no garantiza distribución sostenible y equitativa.

Huella hídrica
García Fernández explicó en su disertación que la huella hídrica es una de las clasificaciones del agua más recientes. Se trata de la cantidad de agua necesaria para garantizar los servicios y producciones humanas. Hay gran diferencia entre el concepto de agua natural renovable y huella hídrica, que es la disponibilidad real del recurso.

Según informó el experto, la huella hídrica incluye diversas variables, una de ellas es el agua natural renovable, pero además influye la infraestructura hidráulica, los patrones de uso, consumo y producción en cada país, su evaporación y otros. Por eso, “hay países con poca disponibilidad de agua natural con huellas hídricas elevadas, y es porque la captan y la reutilizan asegurando el desarrollo”, dijo García Fernández.

Usos

En los países en vías de desarrollo, como los de América Latina y el Caribe, los mayores porcentajes de uso del agua recaen sobre las labores de riego, mientras que en los países desarrollados es la industria. El consumo juega su papel.

“Según las estadísticas, los valores medios mundiales indican que hacen falta 15 mil litros de agua para producir un kilogramo de carne de res, 10 mil para uno de carne de ovino, 6 mil para aves de granja; 1,500 para cereales y 1,000 para frutas cítricas, legumbres, raíces y tubérculos”, dijo. Los países que consuman mucha carne de vacuno, por ende, tendrán huella hídrica baja.

La problemática
Más allá del análisis de la disponibilidad o los usos mundiales del agua, de su relación con la economía y la industria, “el agua tiene un fuerte vínculo con nuestra realidad porque significa un problema global”, indicó García Fernández.

Es quizá por esta razón que Naciones Unidas en su Objetivo del Milenio número siete busca que los países garanticen el sustento del medio ambiente, y una de las formas es velar por el uso de los recursos hídricos usados y disminuir el porcentaje de personas que carezcan de acceso sostenible a agua potable y servicios básicos de saneamiento en 2015.

En muchos países de América Latina y el Caribe suele asociarse el tema agua a acueductos, alcantarillado, embalses o pozos. Sin embargo, se trata de un recurso natural renovable, limitado, finito, frágil, que debe ser tratado como tal y como uno de los pilares del desarrollo sostenible. La carencia de los recursos hídricos está relacionada con la pobreza, el hambre, la deforestación, temas de salud pública y saneamiento y la pérdida de la diversidad biológica. El agua está presente en el centro del desarrollo sostenible.

En el país
La Oficina Nacional de Estadísticas publica en la encuesta Dominicana en Cifras 2009 que la proporción de la población dominicana con acceso a fuentes mejoradas de abastecimiento de agua potable en las zonas urbanas aumentó de un 78.3 en 2006 a un 86 por ciento en 2007; sin embargo, las zonas rurales pasaron de un acceso del 86 por ciento en 2006 a un 81.9 un año después.

A nivel global, las estadísticas revelan grandes déficits de coberturas de agua potable y saneamiento. Alrededor de 1,100 millones de personas no disponen de agua en sus casas y 2,400 millones no tienen acceso a sistemas de saneamiento. “Los ricos de este mundo no reconocen al agua como un problema porque lo tienen resuelto y los afectados son los países en vías de desarrollo”, opinó García Fernández. Agregó que es necesario mejorar la gestión y mantenimiento de la infraestructura hidráulica y optimizar el uso del recurso.

LOS PROBLEMAS EN AMÉRICA LATINA
La tercera evaluación ambiental integral sobre el estado y perspectivas del medio ambiente en la región de América Latina y el Caribe GEO LAC 3, 2009, de la Oficinal Regional para América Latina y el Caribe para el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), reveló problemas en la región:

-La demanda de agua en ALC se ha incrementado en un 76% entre 1990 y 2004 por del crecimiento demográfico.

-Se estima que en la región se encuentra el 31% de los 35 millones de kilómetros cúbicos de los recursos dulceacuícolas de que dispone el planeta.

– En la región unos 50 millones de personas que carecen de acceso al agua potable. Si bien la cobertura alcanza al 80%, hay desigualdad entre las zonas rurales y urbanas.

– Más de 125 millones de personas carecen de acceso a instalaciones adecuadas de saneamiento.

– Por el cambio climático, para 2020 entre 12 y 81 millones de personas se verán afectadas por aumento del déficit hídrico.

-En América Latina el 86% de las aguas residuales llega sin tratar a ríos y océanos; en el Caribe esta cifra puede aumentar hasta un 90%.

Via: Listín Diario