BIGtheme.net http://bigtheme.net/ecommerce/opencart OpenCart Templates
Inicio | Realidad Climática | William Nordhaus, padre de la economía del clima: “Todavía estamos a tiempo”

William Nordhaus, padre de la economía del clima: “Todavía estamos a tiempo”

El catedrático de la Universidad de Yale (EEUU) y considerado ‘padre’ de la economía del clima, William Nordhaus, ha asegurado a EFEverde que «vivimos en una nueva Edad Oscura» pero, «si se toman las medidas adecuadas» como aplicar impuestos al carbono, «estamos a tiempo» de frenar el calentamiento global.

Nordhaus ha visitado España esta semana para recibir el premio Fronteras del Conocimiento concedido por la Fundación BBVA, en reconocimiento a su modelo “pionero” a la hora de “integrar las aportaciones de la ciencia del clima, la tecnología y la economía” con objeto de limitar las consecuencias del cambio climático, según el acta del jurado.

Dicho modelo, llamado DICE (Dinámica Integrada de Clima y Economía, por sus siglas en inglés) y su versión revisada que incorpora un enfoque regionalizado (RICE), se ha convertido en una herramienta “ampliamente usada” para determinar los costes y beneficios de reducir las emisiones.

Fiscalidad verde

Nordhaus ha explicado en entrevista con EFEverde que su propuesta de gravar el dióxido de carbonose aplicaría de manera que cada empresa pagara “proporcionalmente al contenido de carbono de sus productos”.

En el caso de una central eléctrica, por ejemplo, “si quemara carbón, ese impuesto podría incrementar el precio de su electricidad en un 10 %, pero si empleara gas natural, bajaría a un 5 % y, si generara energía eólica o nuclear, aumentaría un 0 %”.

No obstante, para la mayoría de empresas Nordhaus ha estimado que, de media, el impuesto estaría en torno a un 1 % del valor del producto.

En su opinión, esta fiscalidad verde tiene “muy buena acogida” dentro de la comunidad científica y también entre los economistas y ha citado un sondeo practicado entre “los economistas más prestigiosos del país” según el cual un 92 % consideraba que el impuesto al carbono era “la medida más adecuada” para ayudar a frenar su emisión.

Impacto económico del cambio climático 

Doctor en Economía por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, catedrático en la Universidad de Yale y ex miembro del Consejo de Asesores Económicos del entonces presidente norteamericano Jimmy Carter, Nordhaus es uno de los aspirantes al Premio Nobel de Economía.

Su análisis del impacto económico del cambio climático comenzó en 1975, cuando “todavía no sabíamos cuál era la seriedad de las consecuencias del calentamiento global”, ha señalado, “y ahora que sí lo sabemos debemos actuar ya” porque “cada año que pasa se hace más difícil lograr los objetivos”.

Según sus cálculos, el coste social del cambio climático está en torno a los 31 dólares por tonelada de carbono emitida, aunque recientemente la Agencia de Protección Ambiental, capitaneada por Scott Pruitt, bajó este valor a entre 1 y 6 dólares la tonelada.

Para Nordhaus, crítico con la presidencia de Donald Trump, “en EEUU se están dando pasos hacia atrás” en esta “nueva Edad Oscura” que estamos viviendo en relación con el medioambiente, pero no cree que dure demasiado pues “la gente en algún momento se dará cuenta de lo peligroso que es el enfoque nacionalista” y de que el cambio climático “es un problema muy serio para todo el mundo”.

Por ello, ha hecho hincapié en la necesidad de que los estados actúen de forma coordinada para frenar el aumento de la temperatura media del planeta y revertir o mitigar sus efectos.

“Parte del problema es que los países no pueden llevar mucha delantera en esta materia porque pierden competitividad”, ha reconocido, por lo cual “necesitamos movernos juntos, mejor que separados”.

Este economista ha alabado los avances de países como Canadá -que ya aplica impuestos al carbono- o China -que acaba de introducir un mercado de emisiones- así como en la Unión Europea, cuyo mercado de carbono a su juicio ha sido un “éxito” aunque con algunos “fallos críticos, como la volatilidad en el precio”, dada la falta de un suelo mínimo.

EFEverde